Sargento de la Coronelía del rey Felipe IV

El 28 de agosto de 1632, el rey Felipe IV ordena la formación de un Cuerpo especial de tropas con soldados veteranos, reenganchados y Caballeros de noble abolengo para su propia custodia, con el fin de que sólo entraran en combate cuando él asumiera el mando en persona; y lo denomina Coronelía de Guardas del Rey.

La uniformidad que se va a establecer para este nuevo Regimiento se establece en una disposición en la que se hace referencia a cada parte y cuidando que estuviera lujosamente decorada al ser guardias próximos a la regia figura. Básicamente la descripción de las prendas del nuevo Regimiento sería: La prenda de cabeza con el sombrero de estilo a la valona y adornado con plumas rojas. Portaban, además, una casaca amarilla, guarnecida con terciopelo ajedrezado de dos colores (rojo y blanco) y que adornaban sobre el pecho y la espalda con las Armas Reales y en los hombros con la cruz de Borgoña. Como guardias del rey portaban espada y una alabarda adornada con una borla roja.

Autor: José María Bueno

Figura.

La figura pertenece a la serie de Alabarderos que realizó a Asociación Alabarda como figura conmemorativa en el año 2011.

Está realizada en metal blanco y modelada por Antonio Zapatero. Antonio en su día ha realizó un trabajo de modelado excepcional en las Armas Reales y en el ajedrezado de la casaca que facilita muchísimo el trabajo de pintura. Lamentablemente, esta figura ya está descatalogada y no se puede conseguir en la web de la Asociación, salvo alguna de las copias que hubo en circulación en su momento y que alguien quiera desprenderse de ella; yo, por suerte tenía desde aquel año mi copia que no me atrevía a pintar por miedo a no ser capaz de realizar un buen trabajo en ella; pero todo llega y, haciendo de mi capa un sayo, me he decidido a pintarla.

Pintura.

En este artículo me voy a centrar más en el trabajo que he realizado en la puerta ya que en el blog de la asociación hay disponibles artículos de otros compañeros con los colores empleados para la decoración de la figura y que, básicamente son los mismos que he empleado en la mía ya que esta figura no permite mucha variedad cromática.

Basándome en la ilustración adjunta, yo he elegido el color morado en las mangas de la camisa y opté por emplear unos calcetines más en color vino a diferencia de los clásicos rojos que suelen ser los más representados.

Como decía, voy a intentar explicar cómo pinté la madera de la puerta que ambienta la figura ya que creo que es lo más novedoso. El trabajo está basado en una de las mesas de trabajo de Full Metal que está haciendo Fran de Kilghore HD Miniaturas aunque adaptado a los colores que tengo a mi disposición y que, aunque no son los mismos que los que emplea Fran, son bastante parecidos. Ésta se trata de una referencia en plástico, también muy antigua, de Historex; pegué con cianocrilato las piezas que la componen y monté la puerta medio abierta para dar sensación de estar algo entornada y huir de montarla toda en línea junto con el trozo de arco y pared. Para evitar posibles sustos al transportarla reforcé la unión con un palillo de plástico de un chupachup entre el muro y la puerta.

Para imitar la madera hay que partir de una imprimación en blanco de toda la pieza; yo, en este caso, al tratarse de una pieza plástica, comencé imprimando en un color gris claro de vallejo que es el que tengo para imprimar la mayoría de mis figuras (cuando no uso negro) y que creo que puede darme una base más eficaz que si sólo empleo un color blanco que no sea de imprimación.

Usando un color madera caoba se marcan todas las líneas y vetas de la madera. Para obtener ese color, ya que no lo tenía directo del bote, opté por mezclar un color marrón rojizo que rebajé con un poco de marrón claro (los dos de la gama Model Color de Vallejo).

Una vez marcadas las vetas, con negro mate (en esta ocasión de Scale 75) se marcan los nudos, alguna veta más profunda que queramos resaltar, la división entre los distintos tablones que componen la puerta, algún roto, etc. En este punto no hay que pasarse porque en el resultado final, se nota mucho. La separación entre los tablones se realiza con la pintura muy diluida y con aerógrafo; en mi caso, como no dispongo de un sitio fijo en el que pintar para no tener que montar todo el “tinglado” hice este paso con pincel, pero a aerógrafo el resultado es mucho más suave.

Una vez realizados estos dos primeros pasos, como no había imprimado en blanco para aclarar el gris de la imprimación base usé blanco (de AK 3ª generación) en los huecos que quedaban con la imprimación.

Hasta aquí, los pasos sencillos; de momento el resultado no parece madera (tablones blancos con vetas marrones y negras) pero llega el momento de aplicar la tinta marrón: yo empleé inktense Wood de Scale 75 diluyéndola mucho y usando un pincel plano del nº 8 en lugar del aerógrafo. Al no emplear aerógrafo me aseguré de dejar secar muy bien cada capa antes de aplicar una nueva y repetí las capas hasta que el tono me gustó.

Por último, para reforzar la «sensación de madera» y oscurecerla un poco más apliqué un lavado con «madera caoba transparente» de Vallejo. Y en las zonas más bajas de la puerta para «imitar suciedad» apliqué lavados con tinta «Inktense Violet» de Scale 75 y alguno más selectivo de negro mate. Terminé los refuerzos metálicos que enmarcan la madera, el llamador de la puerta y las bisagras y di por terminado el conjunto.

Fijé la figura en la base con pegamento de dos componentes, esparcí unas hojas por el suelo y retoqué algún brillo del pegamento una vez seco todo el conjunto.

Espero que os sea de utilidad y os anime a realizar alguna madera con este método, que a mi me parece bastante sencillo y con unos resultados realmente aparentes.

JoseMa Cazallas