Sargento de la Coronelía de la Guardia Real de Felipe IV

Contexto histórico

El 10 de septiembre de 1634, se crea una Coronelía o Regimiento de Guardias de Infantería para poner freno a los enemigos de Felipe IV; al mando, el propio Conde Duque de Olivares y formado con gente veterana que viste con casacas amarillas y las armas reales bordadas en pecho y espalda.

La Guerra de los Treinta Años comenzó como un conflicto religioso y terminó siendo una lucha por la hegemonía europea, cuyo pretexto fueron las luchas internas de la Casa de Habsburgo. El Conde Duque de Olivares intenta realizar su sueño de hegemonía española y acude en ayuda del Emperador alemán con el objeto de formar una liga con los príncipes católicos que permitiese recuperar Valtelina, el paso entre Alemania y los Países Bajos y establecer una flota de control en el Báltico.

El Conde-Duque de Olivares.
Cardenal Richelieu.
Felipe IV, 1656.

Un año después de la victoria española de Nördlingen sobre los suecos, en 1634, Francia declara la Guerra a España. Las pretensiones del cardenal Richelieu al firmar el tratado de París eran expulsar a los españoles de Flandes para repartirse este territorio con los Flamencos, de esta forma se establece una línea ofensiva- defensiva para así atacar los Países Bajos Españoles. El “todopoderoso” Conde Duque de Olivares conocedor de las amenazas que se  avecinaban y ante el temor de que se pudieran extender incluso a Italia y la propia Península, anima al Rey Felipe IV, para que se ponga al frente de los ejércitos para entusiasmarlos y a la nobleza a que levanten tropas en sus dominios.

Para ello se crea un cuerpo a imagen del que sirve al Rey de Francia y por Real Decreto se determina la creación de una Coronelía o Regimiento de Guardias de Infantería siendo Coronel del mismo el  propio Conde-Duque de Olivares,  Gaspar de Guzmán y Pimentel, de ahí que este respetable cuerpo fuera llamado por el vulgo “Guzmano” aunque también y al estar formado por la nobleza española recibió el nombre de “Guardia noble Española” . Se sirve de la unidad de guarnición formada en Almansa (1632),  e inmediatamente se traslada a Madrid,  por ser su primer destino  y su misión, dar guardia al Palacio Real.

Es muy probable que la estructura fuera la que se determina en la ordenanza de 1632, es decir la de un Tercio de Infantería española, compuesto por unos 2500 a 3000 hombres, en quince compañías de a 200 hombres, cuya  Plana mayor la integraban; Un Coronel, un Teniente Coronel y un Sargento mayor. Las Compañías; un capitán, un alférez, un abanderado, un paje, un sargento, dos tambores, un pífano, un furriel, un barbero y un capellán, además de 60 coseletes o piqueros, 90 arcabuceros y 40 mosqueteros, llegando incluso a contar con una compañía de Caballería, aunque a pesar de su breve existencia esta fuerza sufrió muchas alteraciones. El sueldo quedó fijado para la tropa en dos reales, tres para los cabos y cuatro para los sargentos, en cuanto a los oficiales, seis reales para los alféreces y ocho para los capitanes.

La unidad compuesta por soldados veteranos, con experiencia militar, no solo debía proteger a la real persona y su familia, sino que además debía estar bien armada y preparada para responder a las pretensiones invasoras del Cardenal Richelieu. Por otra parte se le van a conceder numerosos privilegios, como formar en primera línea delante de las demás unidades, como el de no meterla en castillos ni fortalezas si no es para sitiar o estar sitiado, y el de que todas las acciones que lleve a cabo se le han de considerar como de guerra y deben percibir sus pagas regularmente, así como, recibir las comodidades de alojamiento, cama, luz y lumbre adecuadas. El alistamiento de estas tropas se determinó que se haría a través de los capitanes y banderas en las ciudades de Burgos, Toledo, Sevilla, Granada, Cuenca, Cáceres y Trujillo.

Cuando esta Coronelía estuvo completa marchó hacia Cataluña para hacer la guerra a los Franceses.

La bandera de este Tercio será la primera en ser reglamentada en España por una Real Orden (1642), es un paño triangular morado de dos farpas con el Apóstol Santiago en el anverso y la Virgen del Rosario en el reverso.

Escudo del Conde Duque de Olivares.

El escudo pertenece al Conde Duque de Olivares: Escudo cuartelado en aspa: 1 y 4: en campo de azur una caldera jaquelada de oro y gules, y gringolada de siete cabezas de sierpe de sinople en cada asa; 2 y 3: en campo de plata cinco armiños de sable puestos en aspa; bordura del escudo componada de Castilla y León.Desde este momento diversas acciones de guerra se van a suceder, el sitio del Castillo de Leucate, donde tras una victoria inicial se sufre una gran derrota quedando sus fuerzas muy reducidas. Mas tarde con los refuerzos provenientes de levas efectuadas en diversas provincias se emprende la defensa del sitio de Fuenterrabía, obteniendo aquí la victoria y cobrando gran protagonismo esta Guardia Real. Ya en 1639 y con destino a Cataluña llegan a Rivasaltas en septiembre cuyas trincheras atacaron y tomaron, otras acciones en Salses, Fornells y San Feliú de Pallarols, Blanes, Vidreras, les van a reportar una excelente distinción y reputación, hasta tal punto que se dividen en dos Regimientos, aunque las desavenencias posteriores junto con las envidias y conspiraciones en la Corte compartieron la suerte que el hombre más poderoso del reino va a sufrir, su disolución.

En 1643 Felipe IV prescindió al fin del Conde-Duque, que se retiró a convalecer de sus achaques en su señorío de Loeches, cerca de Madrid, incluso entonces, los detractores del antiguo valido siguieron formulando acusaciones contra él hasta que consiguieron que el rey le desterrara más lejos, a la villa de Toro (1643), y que fuera procesado por la Inquisición (1644).

Caído en desgracia su principal valedor, uno de los grandes enemigos que va tener este Regimiento, va a ser Don Juan José de Austria (hijo bastardo del rey Felipe IV y la actriz María Inés Calderón), que suprime sus prerrogativas convirtiéndolo en un tercio ordinario de Infantería, que toma el nombre de “Tercio de Córdoba” o “Tercio de Castilla”. Posteriormente y ya en el año 1766 adopta el nombre de “Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey”, llegando hasta nuestros días con ese nombre, ostentando el número 1 de los Regimientos de Infantería Española.

La uniformidad

Para remediar el desorden y la falta de disciplina en tercios y regimientos, el Rey don Felipe IV dictó varias disposiciones para remediarlo, siendo la más importante y extensa la expedida en 1632.

Se dispuso la sustitución de las calzas acuchilladas por los calzones «greguescos» de paño amarillo y se adoptan las medias calzas de estambre encarnado y el zapato de piel de vaca en su color natural atado con un gran lazo de cintas rojas; cada soldado recibió también un jubón amarillo con faldones largos y la «hungarina» o capotillo de mangas abiertas, pero esta vez confeccionado de manera uniforme en paño de color pardo.

La prenda de cabeza fue el sombrero a la walona adornado con plumas rojas.

Los coseletes recibieron los guarda-brazos y escarcelas, así como manoplas de hierro.

Así pues, la uniformidad que se va establecer para este Regimiento va a ser la que se establece en esta disposición pero lujosamente decorada.

“Tenían los soldados unas casacas amarillas, guarnecidas con terciopelo ajedrezado de dos colores y mirábanse en las partes opuestas que caían sobre los pechos y espaldas las Armas Reales con curiosidad y primor, figurándose también de los mismos torzales y matices que las que cubrían los hombros las cruces celebradas de Borgoña. Formando una hermosa vista, lo que sobresalía este airoso traje en la alternativa de las picas y mosquetes y en la igual ordenanza de las hileras, y precedía en el frente el Duque de Veragua con la misma casaca que los demás infantes y su pica.”

El uniforme para los Alabarderos y Mosqueteros, constaba de sombrero blanco a la walona con pluma encarnada, gola también a la walona, almidonada y como sobrevesta cota heráldica de paño amarillo, color predominante para las Tropas de la Casa Real de los Austrias, guarnecida en costuras y bordes con franja jaquelada de blanco y encarnado, en el pecho y la espalda llevaban el escudo con las armas de Felipe IV, bordado con seda y estambre sobre el paño de la cota y en las aletas de los hombros la cruz de Borgoña. Usaban gregüescos de paño amarillo con lazo en la atadura encarnada y calzado de piel de vaca en color natural. Las sartas de tiros, bolsas y armas eran idénticas a la de los Tercios ordinarios de Infantería.

Los piqueros o coseletes llevaban en campaña casco, media armadura y protección para los brazos, con brazales y manoplas, además de espada de lazo.

La caballería portaba un uniforme similar aunque con diferencias respecto al armamento, compuesto por espada y pistolas de rueda en el arzón de la montura, empleaban también bota alta de montar, media armadura, brazales y manoplas de hierro y bacinetes para la cabeza.

Los oficiales vestían de un modo similar aunque siempre con ciertas licencias ostentosas que reflejaran su estatus social, como flecos de oro o guarnición de seda en los vestidos. No cabe duda que con la reputación obtenida en las campañas en las que participó, la nobleza española se afana por servir en esta prestigiosa unidad.

Respecto al escudo bordado en pecho y espalda existe una interpretación por parte de Giménez y González, que lo representa solo en la parte delantera, pero parece ser que todos los investigadores coinciden con la descripción de Leonardo del Castillo en su obra “Viage a Francia del ReyDon Felipe IV”, en las que afirma que las armas reales también aparecían en la espalda del tabardo.

Bibliografía:

  • La Coronelía de la Guardia del Rey Felipe IV. Carlos Canales, Luis Leza. Ed. Ristre.
  • Memorias para la historia de las Tropas de la Casa Real de España. Serafín Maria de Soto.
  • El Ejército y la Armada. Manuel Giménez y González.
  • Guardias Reales de España. José María Bueno Carrera.
  • Banderas de España. José Luis Calvo, Luis Gravalos. Ed. Silex.
  • La Guardia Real en su Historia. Fundación Wellington.
  • Austrias y Borbones. Club Internacional del libro.

Guía de pintura

La figura, modelada magistralmente por Antonio Zapatero, ofrece una única versión de pintura, pero ilimitada en cuanto a matices e interpretación de tonalidades, aprovechando la gran cantidad de sombras proyectadas de la escultura.

Llama la atención de manera muy grata y agradecida, el minucioso trabajo por parte del escultor, del relieve íntegro del escudo de la sobrevesta.

Para este trabajo, he intentado reducir el número de colores utilizados al máximo; por una parte intentando que el que utilice este artículo como guía,  le resulte lo más claro y fácil de ejecutar posible, y por otro lado que la pieza tenga el encanto de las figuras “engamadas” en un mismo registro cromático.

Comenzamos con las carnes, utilizando como color base el Arena Marrón (MC70876), subiendo con el Carne dorada (MC70845) y Carne base (MC70815) como última luz y sombreando con Tierra mate (MC70983) más Negro (MC70900).

Para el cabello, la base es negro más uniforme inglés (MC70921), subiendo con este último más carne dorada y sombreando con aguadas en negro.

Para la sobrevesta y el pantalón, que es el color predominante el la figura, utilicé como base el Uniforme japonés (MC70923) con el que me intentado separar de un amarillo demasiado vibrante que quizá le daría un aspecto un tanto artificial. Subiendo con Amarillo hielo (MC70858) y sombreando con una combinación de aguadas de Marrón rojizo (MC70985) y la última sombra del “set” de azules de Andrea, para contrarrestar, y que no nos lleve la mezcla al rojo.

En los rojos, parto como base del Marrón rojizo más Escarlata (MC817), subiendo con Amarillo hielo, Carne dorada o Naranja intenso, para lograr diferentes matices en pluma, adorno de alabarda o las medias.

Está sombreado con la misma mezcla del amarillo. Los metales están pulidos y trabajados con óleos; sombra tostada, azul cobalto y negro.

La vaina y los zapatos están pintados con Negro más Uniforme inglés, subiendo con Naranja intenso más Ocre marrón.

Los blancos tienen como base el Marrón cubierta (MC70986) más Gris oliva (MC70888) en el caso del sombrero. Más Marrón oliva (MC70889) para los guantes, y más Violeta (MC70960) en el cuello de la camisa y la puntilla de los guantes. Todos ellos subidos con Hueso (MC   ) y sombreados con el Nº 6 del “set” de Andrea.

Por último el jubón, pintado con Ocre marrón (MC70856) más Uniforme inglés, picoteando con casi todos los colores utilizados en la decoración de esta figura.

En el terreno quise imitar la baldosa típica de los edificios e la época que variaban de los tonos rojizos hasta los anaranjados, con al mismo tratamiento que el jubón, punteando con la variedad de colores utilizados en la pieza y dando una mano de barniz brillante.

Estoy seguro que disfrutaréis pintando esta bonita pieza, como yo.

Cesar de la Peña