Dos figuras napoleónicas
Teniente General don Pedro Villacampa y Maza de Lizana
Nació en Laguarta (10 mayo 1774), minúscula localidad del Pirineo oscense. Voluntario en el Ejército, sus primeros hechos de armas (1794) tuvieron lugar durante la guerra contra la Francia Republicana y siguieron muchos años de persecución del contrabando en Andalucía y bandolerismo en Castilla, obteniendo graduaciones con rapidez. Comenzó su relación con las Islas Baleares (1805) antes de volver a la Península (julio 1808), para combatir la invasión napoleónica: estará entre los refuerzos que entran al final del primero de los sitios de Zaragoza, y en la posterior persecución y acciones en el alto Ebro.
Con sus Voluntarios de Huesca concurre a la batalla de Tudela (noviembre 1808), ocupando el Cabezo Maya que mantiene hasta el colapso de las unidades próximas, pasando a reforzar la guarnición de Zaragoza (26 noviembre), donde se empeña en misiones por los alrededores, hasta que debe recogerse dentro de sus muros. Participa en salidas, pero ganará su ascenso a mariscal de campo por la dramática defensa del Convento de las Mónicas, donde se cuenta entre los escasos supervivientes. Herido y contuso es llevado preso a Francia, pero consigue escapar y presentarse en Tarragona.
Constituye poco a poco una División, con la que monta incursiones, por las serranías de Aragón, Cuenca y Guadalajara, sin aceptar batallas decisivas. Varios generales, al frente de tropas francesas, polacas e italianas tratarán de destruirle sin éxito, durante años. A menudo son acciones para liberar prisioneros, castigar colaboracionistas, impedir recaudación e incautaciones del invasor o de los propios guerrilleros locales, que van esquilmando a los sufridos naturales de unas tierras despobladas y, de por sí, poco productivas. Suchet intenta atraerle al campo imperial con tentadoras ofertas, cuando la fortuna de las armas hispanas y aliadas están en su punto más bajo. Después de salvarse de quedar incluido en la capitulación de Valencia (enero 1812) sigue el movimiento retrógrado del Ejército, moviéndose por tierras murcianas, de donde retorna a Aragón, pero dejará el mando de tropas en combate durante el bloqueo de Tortosa (Tarragona).
Teniente general (28 diciembre 1812), prepara la entrada de Fernando VII como gobernador militar de Madrid, pero el absolutismo acaba llevándole a prisión, de la que saldrá gracias al trienio liberal, para marchar al exilio a su término, con el nuevo triunfo del absolutismo, lamentablemente ayudado por las cancillerías europeas.
Durante la regencia de María Cristina de Borbón recupera honores y ocupa capitanías generales en la Península y Baleares, es senador (1843) por Huesca y luego del reino. Muere en Madrid (27 diciembre 1854) y será enterrado dos días después con grandes fastos.
La imagen reproduce la uniformidad de teniente general de diario, por lo que los dos entorchados sólo aparecen en el fajín, con mínima representación en cuello y puños, además del muy simple bicornio. La casaca está cerrada y cruzada, con los botones superiores desabrochados, para mostrar su condición de general.
Nuestro agradecimiento a Ramón Guirao Larrañaga, por sus aportaciones históricas, y el habitual a Luis Sorando Muzás y Francisco Vela, por orientaciones en detalles de la uniformidad.
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Regimiento de Húsares españoles
Creado en la villa de Sarriá (06 febrero 1795), para contrarrestar a los similares franceses, a su vez inspirados por los jinetes húngaros y de otros ejércitos centroeuropeos.
Fue formado tomando destacamentos de los Regimientos de Caballería del Rey, Reina, Príncipe, Infante, Borbón, España, Algarve, Alcántara, Santiago y Calatrava, de los de Dragones de Almansa, Sagunto, Villaviciosa, Numancia y Pavía, así como de Voluntarios de España, pertenecientes a la Caballería Ligera. Un contingente de Carabineros de María Luisa también fue retirado (14 abril) a su cuerpo.
Comenzada la lucha abierta contra la solapada invasión francesa, destaca la figura don Luciano Tornos Cajigal, teniente retirado de Húsares Españoles, que sobrevivirá a los Sitios de Zaragoza, habiendo sido comandante de los paisanos armados.
El Regimiento desembarca (julio-octubre 1808) en Tarragona, procedente de Baleares, luciendo sus vistosos capotes, pellizas y pantalones azul celeste; dolmán, cuello y vueltas verde esmeralda y botón blanco de cabeza de turco según descripción de la época. Combate fraccionado en Cataluña durante más de dos años e incluso “un destacamento” figura en la División de Caballería situada al sur de Tudela (Navarra), en vísperas de la infausta batalla (23 noviembre 1808). Parte de estos húsares buscarán refugio en Zaragoza, integrándose en las Compañías de Reunión de Caballería y luego en el Regimiento de Caballería Reunida de Aragón.
Se encuentra entre las fuerzas españolas que pretenden liberar Zaragoza, acometiendo la operación desde el Bajo Aragón. Unos 80 húsares chocan (21 mayo 1809) en Samper de Calanda (Teruel) con la vanguardia del todavía general y luego mariscal Suchet, que trata de sorprender con agotadoras marchas a las opositoras tropas del general Blake. Perdido el efecto sorpresa, la batalla tiene lugar dos días después cerca de Alcañiz (Teruel), donde forma parte de la escasa caballería bajo del mando del brigadier don Miguel Ibarrola, al mismo tiempo jefe del Regimiento de Húsares Españoles. En total dispone de medio millar de jinetes, entre los que se cuentan 145 húsares montados, de 168 hombres en el estadillo. La maniobra sobre el flanco galo es fácilmente rechazada por el 4º de Húsares francés, que les causa algunas bajas, entre ellas su jefe herido. Serán artilleros y fusileros quienes decidan la batalla con su firmeza.
Tras este éxito, el general Blake se encamina hacia la capital del Ebro, mediante una serie de movimientos, vacilantes en apariencia y sin la rapidez requerida, que tratan de evitar el llano, pero, finalmente, debe combatir (15 junio 1809) en un terreno próximo a Cadrete y al monasterio de Santa Fe, conociéndose como batalla de María de Huerva (Zaragoza), lugar donde la maniobra francesa consigue el éxito, tras un choque del 13º de Coraceros y el 4º de Húsares franceses, que desbaratan la caballería española y copan al resto, forzando la retirada hacia Belchite y la desbandada (18 junio) habida en sus proximidades.
Por la captura de parte de la escolta del general francés Duhesme (mayo 1809) se solicitó una recompensa para el teniente don Ignacio Moragas.
Según Markus Gärtner, también participaron entre las tropas del general O’Donnell que limpian las poblaciones costeras gerundenses de La Bisbal, Palamós, Bagur y Sant Feliu (14 septiembre 1810), cuyo coste para la brigada de la Confederación del Rin pudo suponer alrededor de mil bajas.
Cuando el Real Colegio Militar de Tarragona amplió sus enseñanzas a la Caballería (1810-11), el teniente don Manuel Nicolás de Rabassa formó parte del cuadro de profesores.
Empujados por el lento avance francés combatirá en Sagunto (octubre 1811) y alrededores de Valencia, quedando 57 de ellos prisioneros al capitular (09 enero 1812) la capital.
Pasa (diciembre 1812) a la División Villacampa en cuadro y es restaurado, estando presente en Calatayud, Calanda, Chelva, Segorbe, Benicarló, sitio de Sagunto (agosto 1813), Amposta, Ulldecona, Cherta, Moncada, Orihuela, Almansa y, finalmente, una parte de sus efectivos escoltó a Fernando VII “el Deseado”, en su vuelta a Madrid desde tierras levantinas, esfuerzo digno de mejor personaje.
Y como dice el Conde de Clonard con su encantadora retórica decimonónica, “vino a perecer en la reforma de 1º de junio de 1818, refundiéndose en la Caballería de Línea España”.
La iconografía contemporánea es bastante escasa, al tiempo que confusa en los detalles, habiendo elegido lo más típico, dentro de lo modesto. Estas imprecisiones nos han hecho solicitar datos a varios conocedores y debemos agradecer su colaboración a Luis Grávalos, Joaquín Longarón Pardina, Igor Moreno Mélida, Luis Sorando Muzás, Juan Ignacio Royo-Villanova y al Professeur Marc Morillon.
Descripción histórica: Angel Salcedo (Agrupación Artística Aragonesa)