Guía de Castilla (I). 3ª Guerra Carlista

La entrada en España del Pretendiente Carlos el 16 de julio de 1873 puso en marcha la denominada Tercera Guerra Carlista, que supuso la incorporación a sus filas de muchos oficiales españoles, así como el reclutamiento de miles de españoles formándose numerosas unidades, muchas veces con sus plantillas incompletas, lo que provocó grandes variaciones en la fuerza.

Entre ellas encontramos la Compañía de ‘Guias de Castilla’, formada, como su nombre indica, por los voluntarios de Castilla y que fue creada por el General navarro Don Antonio Lizarraga y Esquiroz para acoger al número creciente de castellanos que se presentaban a incorporarse al ejercito carlista.

«Al principio los castellanos, que venian aisladamente o por pequeños grupos a tomar las armas, peleaban con quien se las daba, y vivian confundidos con las fuerzas de las demás provincias. Ya en Marzo, Lizarraga organizó con ellos una compañía de Guías de Castilla, compuesta casi toda de riojanos, pero en la que habia también andaluces y valencianos»

Estos castellanos tenían gran consideración en el ejercito carlista porque no luchaban por su tierra, sino que “habían abandonado casa, hogar y familia” para luchar por amor a la causa. Tal era el deseo de contribuir a dicha causa, que había un gran número de oficiales que eran incorporados como simples soldados:

«Aunque vascongado, Lizárraga, que había servido muchos años en el ejército, conocía las excelentes condiciones que para soldados tienen los hijos de Castilla, y desde el principio del alzamiento trató de organizar fuerzas de aquellas provincias. Al efecto, a cuantos voluntarios de allende el Ebro se le presentaban, deseosos de servir a sus órdenes, los destinaba, fueran o no oficiales a la compañía de guías. Pensaba que le sirviera de base, andando el tiempo, para formar batallones castellanos, y como no quería que a su lado hubiera nadie que no combatiera, a cuantos oficiales se le agregaban les decia: ‘Por ahora no tengo puesto para V., si quiera V. servir mientras lo haya en la compañía de Guías, se le dará a V. un fusil’ »

El equipamiento de dicha compañía fue difícil ya que estaban “faltos casi siempre de recursos, viviendo de las limosnas que les daban las demás provincias, sin ropa muchas veces,…

A pesar de estas dificultades trataban de presentar cierta uniformidad:

La compañía castellana llevaba fusiles de diversas clases, y su distintivo eran grandes sardinetas amarilla en el pecho y vivos del mismo color en las bocamangas

Fusil con sistema de pistón, habitual en el equipo de las tropas al comienzo de la Tercera Guerra Carlista (1873-1876).

Referencia bibliográfica:
Recuerdos de la Guerra Civil: La Compañía Carlista, 1872 a 1876’ Francisco Hernando

La Figura

Pertenece al catálogo de JMD Miniatures, Garde Mobile 1870.

Tenía esta figura en el cajón desde hace tiempo. Estaba destinada a una transformación que nunca se produjo por la cantidad de trabajo que acarreaba, así que estuvo olvidada hasta que me vi la serie de postales de Delfín Salas sobre la 3ª Guerra Carlista.

Me di cuenta de que dos o tres de dichas laminas llevaban prácticamente el mismo uniforme, que se podrian aprovechar los pantalones, calzas y mangas de la chaqueta. Solo tendría que modificar el torso, calzado y la cabeza. No parecía mucha tarea.

Le propuse a Paco que eligiera la que más le gustara. Pregunta tonta, todo sea dicho, porque ya sabía la respuesta: Guías de Castilla.

La verdad es que a la hora de transformar figuras prefiero trabajar con resina, porque me resulta mucho más sencillo eliminar todo aquello que sobra.

En este caso, empecé con el torso, limando y lijando la pelliza que presentaba la figura original para reducir el volumen a lo que sería una casaca de paño. Una vez que el volumen era el apropiado, solo tuve que modelar las sardinetas sobre el pecho.

Para esto utilizo masilla Duro, que me permite reducir el grosor de las mismas al máximo.

También hubo que cambiar la mano izquierda, ya que en el original viene dentro de la faja. En mi caso, modifique ligeramente la posición del brazo para que sujetara el fusil, sobre el cual hubo que modelar una nueva mano.

Ni la boina ni las alpargatas presentaron muchas dificultades. Simplemente un poco de Duro aquí y alla, y casi lista.

Por último modelé la manta al hombro. Aquí tuve algún problema mas para conseguir una aspecto real y que la caida y arrugas fueran verosímiles. Utilice Magic Sculpt y Duro. La primera para conseguir unos primeros volumentes, y la segunda para el detallado final.

Ha sido una figura bastante sencilla de transformar. Animo a todos a lanzarse a realizar proyectos de este tipo, que están al alcance de todos, en el que sin cambiar muchas cosas se consigue una figura completamente distinta.

Javier Mendez