B-17 Waist Gunner, ETO, 1944 (III)

En el B-17 viajaba una tripulación de diez personas:

  • El comandante de aeronave era el piloto y el máximo responsable.
  • El co-piloto era el segundo de a bordo y debía tomar las riendas de la situación cuando el piloto causaba baja.
  •  En la torreta superior se instalaba el ingeniero de vuelo, responsable de sistemas, motores, consumo de combustible, chequeo del avión, etc. En resumidas cuentas de todo lo referente al mantenimiento de la máquina para que todo esté en perfecto estado de revista. Asimismo, debe manejar la ametralladora situada en la torreta superior.
  • El navegante es el encargado de determinar la posición de la aeronave y conseguir que el avión vaya al punto de destino sin perderse.
  • El bombardero tiene la función la de arrojar las bombas sobre el blanco enemigo en el momento adecuado para que causen el mayor daño posible dentro de los objetivos de la misión. También es el encargado de la ametralladora de proa.
  • Las comunicaciones corren a cargo del operador de radio.
  • El artillero de la torreta ventral se encarga de la protección del aparato desde este reducido y expuesto habitáculo con forma de bola.
  • El puesto de artillero de cintura era cubierto por dos miembros de la tripulación (uno por babor y otro por estribor), se encargaban de disparar sus armas por las ventanas laterales dispuestas en la parte central del avión. 
  • El último tripulante, pero no el menos importante, es el artillero de cola. Es el que posee visión sin obstáculos del espacio aéreo tras la aeronave y su tiene la función de defender de los ataques de cazas enemigos que se produzcan por la parte trasera de la máquina. 

EL BUSTO

En esta ocasión la figura presenta pocos avances, se le ha eliminado el par de ojazos que tenía sobre el visor de las gafas, se han pintado estas en un verde oliva y los auriculares con negro brillante. Además se han detallado los remaches de metal donde deben ir sujetas las cintas de la máscarilla.

Siguiendo los consejos de varios amigos alabarderos he modificado el barboquejo que caía demasiado rígido. Lo he arrancado de la pieza y después de sumergirlo en agua hirviendo, donde se ablanda y se le puede dar el ángulo que se considere más conveniente. Posteriormente se ha pegado de nuevo y vuelta a pintar. Asimismo, por consejo alabardero, he trabajado más la zona de peluche del cuello y he sombreado y matizado algo más los cueros.

Alejandro Labourdete