Sargento de Húsares de la Princesa (1909)
- Serie Ferrer-Dalmau: Historia, arte y miniatura
- Escultura: Figura original modelada por Antonio Meseguer
- Pintura: César de la Peña
A principios del siglo XX un famoso pintor británico de estampas militares visitó España durante la época estival, centrando su recorrido en la parte sur de nuestro país. Una de las cosas que más le llamó la atención en el aspecto militar de su visita fue que los militares españoles vestían un “pijama de rayas” como uniforme.
Para la mentalidad inglesa de aquella época el ver a soldados vistiendo un uniforme blanco con múltiples rayas debió resultar chocante.
Este uniforme no era más que el empleado por el Ejército español desde principios del siglo XX durante la época estival en las zonas de Levante, Andalucía, Canarias, Baleares y por supuesto, Ceuta y Melilla.
El famoso rayadillo peninsular estaba confeccionada en resistente tela de algodón que dadas las altas temperaturas que durante la época veraniega se pueden alcanzar en estas zonas era casi imprescindible para sustituir los calurosos uniformes de lana que se empleaban en el invierno.
En cuanto al uso de las rayas en estos uniformes no hay nada seguro al respecto, dado que desde mediados del siglo XIX se fueron probando distintas combinaciones de telas y colores para dotar a las tropas de un uniforme ligero para clima cálido. El reglamento de uniformidad de 1886 ya recogía un uniforme de “mecánica” confeccionado en tela de mil rayas similar a la empleada en Cuba y Filipinas. Después de la campaña africana de 1893 algunas unidades usaron este uniforme pero confeccionado en telas claras provistas de rayas oscuras no tan juntas como en los uniformes tropicales.
Hubo varios intentos a principios de siglo para establecer el uniforme de guingón azul, pero no llegó a utilizarse de forma generalizada, mientras que la confección de los de tela blanca iba en aumento de manera no oficial. Así las cosas, mediante Real Orden de 1906 se declaraba reglamentario para la tropa el “uniforme de verano de lona”. No hay ninguna orden que se refiera a este uniforme como “rayadillo”. En 1910 se reglamentó el uso del mismo también a los oficiales.
El uniforme lo componía, guerrera, pantalón y polainas confeccionados en el mismo tipo de tela. Todas las unidades del ejército (caballería, artillería, infantería y demás cuerpos) debían usarlo.
Nº 1 .- Capitán del Regimiento de Húsares de la Princesa ,( 1909 ).
Nº 2 .- Teniente del Regimiento de Cazadores de Lusitánia, ( 1909).
Estos uniformes eran frescos, cómodos y resistentes. Aunque pronto quedó claro que su color no era el adecuado al tipo de guerra y las armas que se empleaban.
Así, en 1912 tras múltiples pruebas, empieza a usarse de forma generalizada en las guarniciones africanas el uniforme de color caqui. Además el uso de los uniformes peninsulares junto con los de rayadillo (e incluso todos los anteriores con el de color caqui) fue generalizado.
Hay infinidad de fotos de época de militares vistiendo múltiples combinaciones de uniformes peninsulares con el uniforme de verano, incluso con prendas de abrigo (pellizas, capotes, abrigos).
Para mí personalmente estas combinaciones empleadas por el ejército español en aquella época son visualmente magnificas a la hora de modelar y sobre todo en la posterior pintura.
Este sargento de Húsares de la Princesa describe perfectamente estas combinaciones que he descrito. Viste el dolman para diario reglamentario para este cuerpo en azul celeste con vivos en amarillo, pero usando el pantalón y las polainas de rayadillo de verano. Así mismo cubre el chacó de caballería con la funda de tela blanca. Nos indica que estamos ante un militar en campaña o maniobras en zona cálida.
La sencillez y colorido de este magnífico cuadro de Ferrer Dalmau me atrajo desde el primer momento. Y me animó a modelar mi segunda figura montada.
Agradezco al compañero de Alabarda, César de la Peña, el haber pintado esta figura y captado con su buen hacer todos los pequeños detalles descritos aquí.