Hoy no es nuestro dia….

Aquella soleada mañana de junio, Klaus Hoffmann y Dieter Faber se dirigían tranquilamente a tomar su desayuno cuando les sorprendió un rumor ascendente que se convirtió en un ensordecedor concierto de silbidos y explosiones. Entre el estruendo de las bombas al estallar, el ulular de las sirenas, los cascotes, astillas, humo y polvo corrieron hacia el refugio antiaéreo, visita que hacían bastante a menudo últimamente.

Una vez cesó ese súbito infierno, asomaron sus aturdidas cabezas para comprobar que varias instalaciones, entre las que se encontraba la cocina de campaña, habían sido destruidas y que, por el momento no tenían nada con que apaciguar su creciente apetito, por lo que decidieron coger un “Kübel” que todavía arrancaba y acercarse al pueblo más cercano para intentar conseguir algunas provisiones.

En el camino, fueron descubiertos por un “Jabo” (Cazabombardero) que viró inmediatamente para ametrallarles a placer, lo que les obligó a tirarse en marcha de su vehículo hacia una cuneta para esconderse en la espesura de unos matorrales, donde les esperaban unas frondosas zarzas. Maltrechos, magullados y arañados por todas partes, llegaron al pueblo, para dirigirse a la “Boulangerie” que ya habían visitado alguna vez.

Desgraciadamente para ellos, diez minutos antes un pelotón destacado de una compañía de la Big Red One tuvo esa misma idea. Dieter y Klaus entraron y se dieron de bruces con una docena de americanos que saboreaban unos brioches recién horneados. Sin más armas que sus arañadas manos, pronto fueron reducidos a golpes y culatazos.

Cuando eran trasladados en un jeep hacia un centro de prisioneros, quiso la fortuna darles de nuevo de lado. El vehículo se averió, y en un claro al borde del camino esperaron varias horas a ser recogidos por otro vehículo. También se quedarían sin comer….

Dieter miró a su compañero y abrió la boca por primera vez en todo el día para decirle: – Hoy no es nuestro día, Klaus….

Este trabajo es el resultado de una tarde de cháchara entre unos amigos y surgió sobre la marcha. La viñeta está montada sobre un trozo de tronco de olivo sujeto a una base de madera para darle estabilidad.

Las figuras de los alemanes son antiguas referencias de la marca ADV, en resina y modificadas ligeramente con sus vendajes modelados por Antonio Zapatero y cabezas de Hornet. Los soldados americanos son dos referencias de Alpine, el Jeep es de la marca Italeri con el kit de mejora de Verlinden y algún añadido a scratch en el motor.

Klaus, en primer plano, de Juan F. Piriz. Dieter  detrás, obra de David Hernanz. El G.I. de la izquierda es de Robert Ramírez, y el de la derecha con el brazo en alto de Alejandro Labourdette. Finalmente el jeep y el terreno de un servidor.

Quiero agradecer a todos su colaboración y desear que éste sea el primero de muchos de estos trabajos en equipo.

Un saludo.

Luismi.