Guerrero egipcio de infantería
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La figura, inspirada en una lámina de A. McBride, es de la marca rusa Chronos Miniatures (CHM-54007), la pose tiene fuerza y, aún teniendo una vestimenta sencilla, es de pintura agradecida. Decidí ambientarla en una pequeña superficie desértica y polvorienta. Como compañía le coloqué un escorpión que modeló, con enorme detalle, mi buen amigo Antonio Zapatero.
Las armas utilizadas por los soldados de a pie del ejército faraónico son muy variadas: lanzas, jabalinas, mazas, hachas de combate, espadas, kopesh, los arcos sencillos y el arco de doble curvatura de origen hitita.
El Kopesh, que lleva la figura en la cintura, era un arma muy particular. Esta espada curva, originaria de Mesopotamía, tenía de 40 a 60 centímetros de longitud, con forma de hoz, sin punta, de hoja acanalada y filo en la parte interior de la curvatura. Su función no era atravesar al enemigo, sino cortarlo.
El epsilón, o hacha de guerra, también tenía hoja curva y se fabricaba en bronce. Fue el arma más habitual para la infantería egipcio. La figura empuña el epsilón con ambas manos y está a punto de descargar un tremendo impacto sobre un soldado enemigo.
Los escudos se fabricaban con madera, cuero curtido, mimbre o caña trenzada estaban cubiertos con piel de bóvido o de felino y poseían un único asidero. Había escudos de muy diversos tamaños, la parte superior era redondeada o apuntada.
Como elementos protectores llevaban una pieza triangular de lino endurecido, colocada sobre el faldellín para proteger los genitales y una pieza de tejido también endurecido que cubría los hombros y el pecho.
La Batalla de Qadesh
Hacia el año 1274 antes de Cristo, durante la Edad del Bronce, las inmediaciones de Qadesh, cerca del rio orontes, (hoy territorio sirio) presenciaron el enfrentamiento entre el ejército egipcio del gran faraón Ramsés II y las fuerzas hititas de Muwatallis.
Qadesh fue una gran victoria egipcia, a pesar de haber comenzado con ventaja para sus enemigos, y supuso el fin de la campaña de Ramsés en el territorio Hitita. Realmente se puede considerar que el resultado de la batalla quedó en tablas ya que los hititas también lograron grandes ventajas después del tratado firmado por los dos bandos.
Esta batalla se puede considerar como la primera ampliamente documentada de la historia, además de ser la primera que acabó con un tratado de paz también documentado.
Ejército Hitita: Muy heterogéneo, participaron más de 16 estados y provincias entre vasallos y aliados. Formado por dos grandes cuerpos de infantería (unos 36.000 hombres) y unos 2500 carros de guerra.
Ejército de Ramsés: Formado por cuatro divisiones, Amón, Ra, Ptah y Sutekh (Seth), formadas por egipcios (mayoritariamente), guerreros negros de Nubia y amorreos. Cada una de las divisiones contaba con 5.000 combatientes: 4.000 infantes y 1.000 aurigas que tripulaban los 500 carros de guerra agregados a cada cuerpo.
Desarrollo de la batalla:
Ramsés flanquea la ciudad por el oeste hacia el norte. Desconocía que los hititas habían flanqueando la ciudad por el este hacia el sur.
El rey hitita, envía soldados que deben dejarse capturar, e informar a los egipcios que los hititas se encontraban bastante más al norte.
Ramsés cae en la trampa y confiado decide no esperar al resto del ejército y avanza con las divisiones Amón y Ra.
Al descubrir el engaño, el impetuoso Ramsés se pone nervioso y ordena precipitadamente preparar la defensa.
Los hititas, bien organizados, lanzan a un feroz ataque, sus carros provocan la masacre entre los egipcios de la división Ra. La Amón resiste con gran esfuerzo, se defienden desesperadamente. Mientras tanto, las divisiones egipcias Ptah y Sutekh reciben la orden de acelerar la marcha para acudir al rescate.
Los Hititas tenían la batalla ganada, pero el heterogéneo ejército de Muwatallis creyendo que la victoria no se le puede escapar, se dedica al saqueo y la rapiña.
Ramsés con parte de su ejército consigue superar el cerco, y en un último instante de buena suerte da la vuelta la batalla.
A pesar de haberlas pasado canutas Ramsés, estuvo a punto de perder la vida, encarga escribir un poema épico para ensalzar su gloriosa victoria, es el Poema de Pentaur.