Teniente Coronel Habilitado del Requete (1936-1939)

«Lo que más temor me causa en esta guerra es un Carlista recién confesado”.
Estas palabras supuestamente atribuidas al presidente de la Republica Manuel Azaña ilustran el aura de respeto y en cierto modo admiración que los combatientes carlistas se habían ganado antes y durante la Guerra Civil Española.

El Carlismo, heredero del movimiento dinástico que durante gran parte del siglo XIX había dado a España tres guerras civiles afrontó los años previos a la Guerra Civil de1936 formando unidades combatientes de milicias bajo el nombre del Requeté, en gran medida como forma de autodefensa a los desmanes de una Republica sectaria y violenta que chocaba frontalmente con el arraigado catolicismo y costumbres de una población cuya mayor fuerza se concentraba en la zona de Navarra, pero que también tuvo grandes partidarios en ambas Castillas, Valencia, Andalucía y Cataluña.

Se puede decir que el movimiento Carlista entró en la Guerra Civil con unas milicias relativamente bien entrenadas y conocedoras del manejo de armas, formando así mismo un importante contingente tanto por su número como por su motivación. Y si bien entre los dirigentes carlistas hubo reticencias al principio sobre si el golpe militar iba a servir a sus intereses o no, el profundo sentimiento anti republicano pesó mucho más a la hora de su posicionamiento.

Inventario Fotográfico de la Colección de Euskla Museoa Bilbao Museo Vasco

El encuadramiento dentro de la estructura orgánica del Ejército se hizo siempre manteniendo la estructura de unidad tipo Tercio (Batallón) sin formarse unidades orgánicas superiores. La unión de tres o cuatro unidades daba lugar a la Agrupación, dos Agrupaciones formaban una Brigada y dos Brigadas, una División.

Las milicias carlistas, concebidas como unidades ligeras con una gran capacidad de maniobra tuvieron una destacada actuación en 1937 durante la campaña del Norte (entrando en Santander y en el Pais Vasco) . Más tarde actuaron eficazmente en la ofensiva de Aragón-Levante durante la primavera de 1938 y en la batalla del Ebro. Como curiosidad el “último objetivo militar” a que hacía referencia el último parte de guerra y que llevaron a cabo estas milicias fue el entrar sin oposición alguna a la ciudad de Murcia.

Respecto a la uniformidad y aunque la Guerra hizo inevitable cambios y adaptaciones surgidas de la necesidad de la campaña, las milicias del Requeté usaron como nota diferenciadora de su vestuario, la boina roja, que ya había sido el símbolo del carlismo del siglo XIX. Los Jefes llevaban lises doradas en disposición análoga al Ejército y plateadas los oficiales. Al profesionalizarse en diciembre de 1936 los mandos de las milicias, las divisas de mando fueron las mismas del Ejército, prohibiéndose las lises, aunque esto no se cumplió.

El protagonista de esta figura es un Teniente Coronel Habilitado (sólo durante la duración de la contienda) y su uniformidad a excepción de la boina roja y las lises que parcialmente se aprecian sobre el bolsillo derecho sigue lo marcado en la uniformidad del Ejército de aquella época.

A destacar el uso del amplio capote manta, que aunque no era una prenda reglamentaria para los oficiales, estos la usaron desde el principio debido a su gran funcionalidad.  Se adquiría de forma particular y estaba confeccionada con género de mejor calidad que los de la topa. Disponía de una esclavina interior que a modo de chaleco se abrochaba para dar más protección al torso y un amplio cuello forrado con piel de borrego.

La figura, a 70 mm., forma parte de la colección que la Asociación Alabarda está realizando sobre la Guerra Civil.

Se ha modelado en la forma habitual  usando masilla epoxidica Epofer y partiendo de un armazón de alambre de cobre y a partir de ahí formando la anatomía básica y a continuación ir vistiendo, teniendo en cuenta que en esta ocasión y al llevar el capote, no será necesario completar  gran parte de la camisa ni los pantalones al quedar ocultos.

Como es habitual, agradecer las versiones pintadas de la figura que acompañan estas líneas a mis compañeros de Asociación Luis y Juan que con su maestría habitual dan vida a la escultura.

  • Versión de Luis:
  • Versión de Juan:

Hasta la siguiente!!!!!