Siguenza
Sigüenza es un municipio y localidad española de la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.
En el mes de febrero de 2002 recibimos la visita de Agustín J. «Augie» Rodriguez. Desde Atlanta cruzó el charco para recalar unos días en Madrid y sus alrededores.
Uno de los diversos motivos de la visita de Augie era conocer de primera mano Sigüenza y su famoso «Doncel» ya que tenía en mente la escultura de un busto dedicado a este personaje. Así pues allí nos fuimos todos un frío día de febrero. Creo que el resultado mereció la pena puesto que habla por sí solo:
Las visitas a museos, los talleres realizados o las excursiones a lugares de interés podrían ser el tema de este artículo, pero prefiero abordar la tarea haciendo una reflexión sobre comentarios que han surgido de forma recurrente durante la visita de Augie.
El enfoque histórico/artístico/modelístico que da a su obra nos ha dejado una impronta imborrable. Me atrevería a decir que la visión que él tiene de nuestra afición está, hoy por hoy, cargada de inconfundibles tintes románticos, algo que contrasta con las tendencias reinantes. Estudiar, explorar, bucear en la historia, conocer al personaje y su época, saber hasta de que aleación estaba hecha una determinada armadura no es algo muy común actualmente entre los creadores de figuras.
Últimamente no son nada infrecuentes las críticas a figuras militares comerciales que han irrumpido en el mercado con un incorrecto estudio uniformológico.
La llamada «licencia artística» que se le concede al autor no debe inducirnos a engaño: una cosa es el error y otra la interpretación.
El que gasta su dinero en una miniatura debería al menos saber las fuentes de las que ha bebido el autor de la misma, bibliografía, museos, etc. Si la figura es una interpretación o una réplica de un cuadro, por ejemplo, también se debería de aclarar de forma explícita.
No se trata de ser más papista que el Papa, se trata de ser honesto con el que se gasta sus euros cuando compra un producto. Me gustaría que se entendiese que esta reflexión no cuestiona ninguna tendencia modelística sino la manera en que se nos presenta.
Ya he mencionado anteriormente la poca información que suele recibir el miniaturista militar sobre las fuentes que han inspirado la figura, a lo que hay que sumar la escasa documentación escrita y gráfica que se proporciona, por no decir nula en muchos casos.
Y no quiero dejar de comentar el acabado general de la pieza: la mayoría de las firmas tienen medios para ofrecer un producto mejor terminado.
Puedo pensar que es el tributo que se paga por tener tanta oferta, tantas marcas, que llevan a los profesionales a recortes para ser más competitivos en precio. En algunos casos lo puedo entender, pero no en todos. Como aficionado me gustaría que estos aspectos se cuidaran más.
Dentro de los aficionados hay distintos grados de exigencia. Creo que siempre se debe ser tolerante y comprensivo, pero no por ello dejar de exigir calidad y respeto.
La crítica razonable y razonada es muy saludable, síntoma inequívoco de un espíritu constructivo, y hay que ejercerla sin complejos para evitar que esta afición se convierta en un monólogo escenificado por los que manejan los resortes del mercado miniaturístico.
Afortunadamente aún quedan profesionales como Augie a los que no hay que estimular para que cada día se intenten superar.
Rafael Cebrián Herrero.