Requeté del Tercio de San Miguel, España 1936-1939

Desde hacía un tiempo llevaba dándole vueltas a la idea de probar otras formas de pintar, siguiendo la técnica de otros pintores, simplemente como placer a descubrir otras vías de expresión y pintura. La idea era «huir» y cambiar la técnica habitual de trabajo por «zonas» (cara, pelo, ropa,…) y el proceso de aplicar bases, luces y sombras, y transformarlo en un proceso global de pintura en toda la pieza.

No fue hasta que cayó en mis manos, gracias a mi compañero Paco Ruiz, el busto modelado por Rafael Cebrián para su marca Arcabuz Miniaturas. Este busto está basado en una fotografía de época del soldado Benito Martínez Albero, Requeté del Tercio de San Miguel en las calles de Bilbao.

Me pareció una buena pieza para probar lo que llevaba tiempo pensando.

Me puse a leer artículos y ver algunos vídeos sobre pintura de cuadros al óleo, acuarelas, figuras, etc… con el proceso de iniciar el abocetado completo de la figura, pintar por «bloques» en su conjunto, y luego ir definiendo.

El objetivo inicial al abocetar la figura es «ver» la pieza con sus tonos y variaciones generales desde un primer momento, de tal forma que pueda fijar ya desde el inicio la luz y la sombra más extrema en cada parte de la figura.

Y además me puse como reto utilizar muy pocos colores y montarme toda la paleta que necesitara desde un primer momento. Para ello utilice pinturas de Scale Artist usando 6 colores:

  • Amarillo primario
  • Rojo Primario
  • Azul Primario
  • Blanco
  • Tinta negra
  • Tinta Azul

Las tintas para oscurecer y dar viveza y el blanco para «romper» y agrisar la saturación. Y a partir de ahí comencé con el abocetado.

1. La pieza imprimada

Imprimada en negro en su totalidad, y desde arriba en blanco para enmarcar los focos de luz.

2. Abocetado

En una sesión de 3 horas aproximadamente, mezclando con estos 6 colores en la paleta húmeda, pinte a «lo bruto» los colores base, bloques de luces y sombras, en toda la figura.

El objetivo era que mirando la figura desde lejos tuviera la visión general de cómo quedaría la figura con los tonos. No me importaba si quedaba bruto, con cortes ni acabado. No era esa la finalidad.

Para ello fui mezclando en la misma paleta húmeda colores para cada una de las partes, sin centrarme primero en una y luego en otra. Por ejemplo, aplicaba un tono a la cara, y lo mezclaba con otro y me iba a la camisa, y así en general.

El resultado de colocar estos bloques me permitió definir ya cuáles serían las luces y sombras de cada zona. Y además no me importaba nada que se vieran las pinceladas fuertes. El objetivo era ver el tono general en su conjunto.

Fotos del resultado del abocetado:

3. Definiendo

Una vez el boceto ya realizado, me concentré en variar colores sin importarme si me «cargaba» algo del trabajo, ya que como es un boceto, puedo hacer y deshacer a mi gusto.

A partir de ahí, empecé a trabajar cada zona para integrar los cortes, aplicar medios tonos y definir las zonas. Eso sí, sin terminar ninguna completamente y pasar a otra. Realmente voy «acabando», definiendo todo a la vez…

En esta fase seguí utilizando los mismos 6 colores indicados, mezclando y jugando entre ellos para sacar medios tonos, y suavizar los cortes. Lo que se consigue con ello es una amplia gama de tonos sin perder el engamado general.

4. Texturizando y Perfilando

La última fase se centró en definir y texturizar los diferentes elementos de la pieza para diferenciarlos: carnes, manta, correas, casco y fusil.

En las texturas aplico la pintura a base de “picoteos” perpendiculares a la superficie para generar “ruido” a base de pequeños puntos de diferentes colores. Todo ese genera información visual que enriquece al conjunto.

Para esta fase utilicé los mismos colores que antes, a los que añadí colores rojos de AK para el casco, y de Vallejo para las correas.

La verdad es que lo he disfrutado mucho. Tanto es así que he incorporado el sistema de trabajo de abocetado por “bloques” en mi forma de pintar.

Luis Tramón