Pintando a Gulliver…(Highlander 42 Reg., Waterloo 1815)
He pintado figuras de 15 y 20mm. Normalmente pinto figuras de 28mm y he pintado alguna figura de 54mm, pero nunca se me había pasado por la cabeza pintar una figura de este tamaño. Por eso, cuando un cliente para el que ya había hecho un trabajo en 28mm me pidió que le pintase la figura del 20 aniversario de Pegaso Models (un abanderado, Highlander del 42 Reg. en Waterloo), pensé que esta era una tarea que se escapaba de mis posibilidades. Le comenté que había infinidad de pintores más adecuados para un trabajo en esta escala y más aún para esta compleja y laboriosa figura. Su respuesta fue clara: “quiero que tú pintes esta figura para mi”. Después de intercambiar unos cuantos correos (realmente estaba abrumado por la perspectiva de tener que encarar este trabajo) accedí a pintar la figura con la condición de no tener un plazo de entrega.
Una vez recibido y abierto el kit lo primero que pensé es “macho, donde te has metido…” La figura es un 75mm. de los grandes. Pero bien grandes. Además de su descomunal tamaño con respecto a lo que estoy acostumbrado a pintar, había que añadirle el tema del tartán (creo que sólo he pintado un par de ellos en 28mm) los calcetines a rombos y la bandera. “Macho, donde te has metido…”
Una vez superada la autocompasión y el estado de shock inicial, me encomendé a San Horan y a San Cartacci y me puse manos a la obra.
Descubrí que hay grandes diferencias entre pintar un 28mm y una figura de (casi) 90mm. Tuve que asimilar el proceso de aplicar numerosas capas para ir de una base a una máxima luz. Lo que en un 28 se soluciona en 10 minutos, aquí te puedes tirar un par de horas (tres o cuatro en mi caso), dando subidas de luz. Lo que sí me ayudó bastante es el estar acostumbrado a trabajar en superficies muy pequeñas. Por ejemplo pintar bien los ojos y otros pequeños detalles no me resultaron especialmente problemáticos. Para los que no estéis familiarizados con figuras pequeñas y para orientaros, considerar que la cabeza de un 28mm es del tamaño aproximado del guardamano de la espada de esta figura.
Lo que sí fue un calvario fue pintar el tartán. Al menos lo he tenido que borrar y rehacer una decena de veces y aun así no he acabado totalmente satisfecho del resultado. Además de la dificultad de pintar los cuadros y rayas bien rectos y proporcionados hay que añadir que, debido a la postura de la figura, la caída del tartán no es recta por lo que es aún más difícil pintar dos líneas paralelas. No puedo decir que encontré ninguna solución o truco milagroso para por fin conseguirlo (más o menos) , el resultado es un mero trabajo de prueba y error.
Hoy en día una bandera en esta escala se va a pintar con aerógrafo, pero de estos artefactos sé que la pintura sale por un agujerito chiquitico y poco más… así que no tuve más remedio que dar un sinfín de sutiles capas de pintura hasta estar conforme con el resultado.
Al fin, y después de más horas de trabajo de las que quise llevar cuenta, pude terminar la figura con un nivel del que me pudiese sentir satisfecho y del cual, gracias a Dios, el cliente está encantado.
No creo que vuelva a pintar una figura de esta escala de aquí a cierto tiempo. No logro encontrar el placer que sí me da el resultado más o menos inmediato al pintar un 28mm (cada uno tiene sus preferencias y gustos), pero he de admitir que el proceso de aprendizaje sobre la marcha, me ha servido para aprender muchas cosas sobre pintura que desconocería si no me hubiese atrevido con esta figura. Además , ¡Qué diablos!, he podido con ella.