Oficial Royal Horse Artillery, 1842

Hace bastantes años tuve la suerte de ganar el premio que Elite Miniaturas daba en un concurso extremeño. Gracias a ese premio se me entregó un caja de miniaturas de Elite en el que aparecían estas en bolsitas separadas. Una de estas miniaturas (de las cuales aún me quedan 2 o 3 por pintar) era la del oficial de la Royal Horse Artillery en torno a 1842.

La figura, magistralmente diseñada y esculpida por Juan Carlos Avila Ribadas en 54mm, toca uno de mis temas preferidos: La época colonial británica. En concreto esta obra corresponde a la retirada de las tropas británicas de Afganistan, cuyo momento paroximal se vive en la célebre batalla de Gandamark. Es la segunda obra que realizo sobre esta época y regimiento, siendo la primera una viñeta de tres figuras. En este caso la figura representa a un oficial que se encuentra en uno de los riscos rodeado y observando la progresiva llegada del enemigo que sin duda les alcanzará.


Algo de Historia

La batalla de Gandamak representa la caída de la hegemonía colonial británica. En este caso las tropas afganas acaban masacrando al ejército británico (más bien a una mezcla anglo-india) que se encontraban en Afganistan. Ya en Noviembre de 1841 la rebelión se alzó sobre la tesorería británica en Kabul y asesinó a todos los ciudadanos de origen europeo que encontraron. Esta revuelta inicial se convirtió en un levantamiento ante la no intervención del mando británico, y lo que empezó siendo un alzamiento de 300 rebeldes pasó en pocas semanas a un levantamiento de cerca de 50.000 personas contra las tropas británicas acantonadas en Kabul. Las guarniciones de todo el país fueron atacadas y cercaron el acuartelamiento británico.

Inicialmente los rebeldes no estaban cohesionadas bajo un líder, pero Akbar Khan se hizo con el mando y dio al levantamiento un motivo, proclamando una yihad haciendo jurar apoyo a la misma sobre el Corán.

Al escasear los suministros y la pólvora los supervivientes se reunieron para abandonar la ciudad sin ni siquiera esperar el apoyo de la esperada caballería británica que no terminaba de llegar. Tras un falso acuerdo de paz, ofrecido a los británicos por el líder rebelde, se alzaron contra las tropas británicas y una vez acabado con su líder los europeos y cipayos al servicio británico iniciaron una marcha hacia la ciudad de Jalabad (a 140 km de distancia) para tratar de unirse a las tropas que allí resistían el cerco. Así 700 soldados europeos, 3.800 indios cipayos al servicio de los británicos y unos 14.000 civiles (muchos de ellos trabajadores de la Compañía Británica de las Indias Orientales) escaparon del cerco.

Durante días fueron perseguidos y masacrados poco a poco por retaguardia. El día segundo un regimiento entero de cipayos se pasaron a filas del enemigo (el 29º de Shah Shuja). Los que iban sobreviviendo escapaban penosamente sin víveres camino de los acantilados donde se les dió alcance en una emboscada. 500 soldados y 2.500 civiles fueron masacrados. Un exiguo grupo de personas salieron huyendo hacia el valle de Jagdalak y tan solo algunos hombres del 44th de Infantería de Shelton lograron llegar tras las barreras que bloqueaban la huida pero fueron alcanzados y masacrados una vez que ya no disponían ni siquiera de pólvora. Esto ocurrió cerca de Gandamak el 13 de Enero de 1842, donde todos murieron, excepto el capitán James Souter, el sargento Fair y siete soldados que fueron hechos prisioneros. El único hombre que escapó fue el doctor William Brydon que herido de gravedad y montado en un poni huyo en dirección a Jalalabad, donde aún resistía la guarnición británica al mando de Robert Sale. Brydon perdió su montura por las heridas en cuanto pasó la puerta de la ciudad. Se dice que al llegar le preguntaron por el ejército británico y el respondió «Yo soy ese ejército«.


La figura

Como he comentado la figura de Elite es un soldado de 54mm que pese al transcurrir del tiempo mantiene un modelado actual muy bien esculpido por el autor y su despiece es muy sencillo. En cuanto vi la figura la imaginé representada en el ambiente invernal de Afganistan de 1842, quizás en la huida hacia Jalalabad. El oficial lleva la vestimenta típica de abrigo de cuero y cubre su rostro con un pañuelo que evita que el viento le arrebate la gorra y aminora el frio en su rostro. Mantiene la arrogancia británica y prefiere morir a entregarse después del engaño de la falsa paz ofrecida por los afganos. La nieve se muestra profusamente en la obra y la disposición de la misma a lo largo de la figura desea proporcionar la ilusión de que está nevando mientras ocurre la escena. El arbol «pelado» de la izquierda supone un contrapunto a la figura y muestra que la nieve y el viento llegan desde la derecha de la figura, ya que la nieve depositada en el suelo y el árbol se acumula más a este lado. Es pleno invierno, Enero de 1842. El oficial apenas puede sujetar su espada y mantiene la guardia baja a la espera de entrar en combate.

Desde un punto de vista técnico he utilizado las célebres “Microballoons” mezcladas con algo de barniz brillante para la recreación de la nieve. Particularmente me dan muy buen resultado y no amarillean con el paso del tiempo. En cuanto a los colores solo resaltar que la figura está pintada con acrílicos Vallejo y Jo Sonja (este último me gusta mucho para representar azules, pues queda muy mate). En este caso el metal del sable está realizado con cromo de “Model Air” de Vallejo, aunque mezclado con algo de violeta en la zona de sombras. Aunque existen técnicas de MNM no me ha parecido adecuado emplearlo en este caso.

Sobre el cuero del abrigo más o menos claro he marcado grietas y desgastes para mostrar que no es una prenda nueva. El cuero blanco del cinturón muestra sin embargo su desgaste por medio de picoteados de luz y sombra, nunca llegando al blanco perfecto.

Para finalizar tengo que comentar que esta figura ha formado parte del display sobre el Imperio Británico en la época Victoriana (1837-1901) que la Asociación Alabarda ha presentado fuera de competición en el Concurso de Leganés 2018 celebrado el pasado mes de Marzo.

Espero que os haya gustado!

Rafael González