Oficial Infantería de Marina. Guinea 1901

Afortunadamente, los amantes del modelismo y de la historia militar española, tenemos actualmente a nuestro alcance una gran cantidad de documentación y libros para desarrollar casi cualquier periodo histórico de nuestra rica y amplia historia.
Esta situación no era así cuando yo empecé a interesarme por hacer figuras relacionadas con el Ejército Español (y no estoy hablando de hace mucho tiempo). En esos momentos los únicos libros disponibles a unos precios asequibles eran los que con enorme afición y voluntad sacaba al mercado Jose María Bueno Carrera.

Este gran aficionado al mundo del uniforme español ha dibujado y escrito algunos de los en mi opinión más interesantes y completos libros sobre el tema. Es posible que sus láminas no tengan la calidad artística de otros grandes ilustradores nacionales e internacionales, pero en su momento fue un pionero en esto de “dibujar soldados” y estoy completamente seguro que abrió el camino a algunos de los buenos dibujantes y pintores actuales.
Debemos por tanto estar siempre agradecidos a personas como Jose María Bueno, que movido por su pasión por la historia militar española, son capaces de contagiarnos de ella y animarnos a conocer más en profundidad todo lo bueno y menos bueno que en ella ha habido.

En mis inicios en la masilla, me hice con dos libros de Jose María Bueno que hoy en día sigo guardando y me siguen sirviendo como fuente de inspiración. Estos libros son: “La Guardia Civil” y “Nuestras tropas en Guinea”. Mis primeras figuras y bustos fueron por tanto inspirados por estos dos libros. Luego vinieron otros del mismo autor y en todos ellos encontré el mismo buen hacer.

En parte por recordar esos buenos ratos de los inicios en la masilla, me decidí a modelar usando como guía el libro “Nuestras tropas en Guinea”, este oficial de infantería de Marina de las tropas que fueron enviadas como guarnición a las posesiones españolas en Africa.

En este libro se describe en detalle cómo fueron los inicios colonizadores en estas posesiones, que no fueron anexionadas oficialmente hasta 1842, cuando llegaron noticias a España de que, como siempre, comerciantes británicos se habían asentado allí. Como todo el mundo sabe, los ingleses tenían varias formas de ocupar aquello que no era suyo y cuando había tratados internacionales por medio la forma ideal era mandar supuestos “comerciantes” y si el país al cual pertenecía no decía nada, el segundo paso era enviar tropas para proteger a estos “comerciantes” y sus familiares. Echarlos después de esto, era ya misión imposible.

Estos comerciantes fueron expulsados de las posesiones españolas y se comenzó a tomar conciencia de esta tierra y su extensión.
Se fueron formando colonias y se enviaron inmediatamente tropas para mantenerlas.

La infantería de Marina se hizo cargo de las mismas con una fuerza de un batallón desde 1869 hasta 1907 aproximadamente, momento en el cual sería las fuerzas de la Guardia Civil las encargadas de la custodia y protección de estos territorios.

Mi idea era representar uno de estos oficiales de guarnición en Guinea, sobre todo porque me encantan las variaciones de los uniformes reglamentarios europeos cuando se ven enfrentados a climas extremos en otros continentes.

En este caso, y por aquella época, las únicas variaciones en el uniforme de diario y campaña consistieron en el uso del salacot de color blanco y las polainas grises. El uniforme se mantuvo tal cual se usaba en ese momento, con las características propias de la Infantería de Marina, una mezcla equilibrada de emblemas y detalles típicos de la Armada, junto con otros del Ejército.

La figura está modelada exclusivamente con masilla epoxidica Epofer en un tamaño de 54 mm y partiendo de un armazón de alambre de cobre con la postura que buscaba. Como fondo quería representar parte de la feraz selva guineana, para eso usé hierba artificial del tamaño apropiado que corte y pegué de manera que pareciera bien espesa.

Me gustaría agradecer a Cesar de la Peña su buen hacer a la hora de pintar esta figura, ya que ha conseguido darle la vida que necesitaba.

Antonio Meseguer