Objetivo Birmania

Para muchos, Objetivo Birmania será siempre el nombre de un famoso grupo de música ochentero, pero para mí, desde pequeñito y antes de que esta banda de pop se hiciera conocida, este nombre siempre fue y será el título de la película mítica que  generó mis evocaciones infantiles sobre los soldados japoneses de la Segunda Guerra Mundial. “Ahí empezó todo…”

Después ha habido muchas, pero la primera vez, la experiencia iniciática, es la que te marca y recuerdas para siempre (sigo hablando de la peli, no penséis mal, o bien…). Siempre recordaré a Errol Flynn y su sempiterno bigotillo, liderando al grupo agónico de paracaidistas americanos hacia el punto de encuentro y rescate, mientras pasan las de Caín durante toda la película luchando contra dos enemigos implacables: la siniestra, tupida y pegajosa jungla, y los taimados nipones que les pisan los talones, tenaces y disciplinados guerreros del Sol Naciente.

Sin duda, de aquella peli me viene mi pulsión por pintar a este ejército. Pero me lo ponen difícil: no es una temática que se prodiga y está muy mal representada en este mundillo. Es verdad que lo tiene duro; competir contra la Wehrmatch, las SS, los paracas de la 82 y 101, y los Ivanes rusos, no es nada fácil…

La primera figura del japo (me mola la palabreja, a la sazón muy leída en el estilo periodístico de la época), fue de la marca  Scale 75. Si no recuerdo mal una de las primeras  de esta firma, que pasó (mucho me temo) sin pena ni gloria, pues no prodigó apenas ni en redes sociales ni en concursos. Después vino un asegunda de la firma Artsoldiers, que a  pesar de que su escultura  y calidad de  producción son buenas, no ha parecido despertar mucho  interés. Aquí parecía que se acababa toda esta temática en figuras, pero hace poco tiempo, de nuevo  la marca Artsoldiers, me  dijo que iba a sacar una novedad de un infante japonés y me ofreció pintarla antes de que se comercializara. Esta última figura me animó a presentar las tres figuras mencionadas de golpe y así componer una trilogía de estos temibles soldados (curiosamente el grupo de música Objetivo Birmania también tenía tres vocalistas, aunque esta vez muy femeninas…).

Las tres están en escala 1/24 (75 mm), y la verdad es que todas ellas representan muy bien la idiosincrasia y el carácter de estos sucesores espirituales de los samuráis: muestran el fanatismo, la disciplina y el valor con la que luchaban.

La de Scale 75  está fundida en metal. Representaría el fanatismo y me atrae mucho el anacronismo que representa: luchar a brazo partido, dando sablazos a diestro y siniestro en la SGM y contra la potencia de fuego de los Marines, “pues va a ser que no…”, como se dice ahora, pero por paradójico y anacrónico que sea,   así fue y así está atestiguado, cuando en los famosos Banzais (la frase completa en realidad era “TENNO HEIKA BANZAI”, que más o menos viene a decir ¡Larga vida el emperador”), los comandantes de unidad lideraban una  desesperada y suicida carga de infantería, pues el Bushido así lo ordenaba…. Sin duda la figura de Scale 75, sable alzado, en pose medieval, así lo representa.

Es muy probable que el oficial de marras no llegara ni a rozarle a un Marine, pues la granizada de plomo que se les venía encima no les permitía ni acercarse, pero pobre del marine que probara el afilado tamahagane, como llamaban a este tipo de acero con el que fabricaban sus Katanas. De cualquier modo, sin duda los boys sentían pavor por estos hipotéticos encuentros cuerpo a cuerpo con los nipones, y ya los gritos de guerra de los japos debían de causar pavor a los tíos de Oklahoma y Iowa, cuando la noche anterior al ataque les advertían desde sus trincheras “maline yu dai…., está escrito que algunas unidades americanas poco curtidas, pusieron los pies en polvorosa ante una impetuosa y aguerrida carga Banzai. Ver venir a un banda de zumbaos con esa determinación y a la carrera no debía de ser para menos…

La segunda figura es de la firma comercial Artsoldiers, y está hecha en resina. Representaría a la férrea disciplina del ejército japonés. No tiene movimiento pero su  pose y su mirada desafiante, impertérrita, severa y  orgullosa,  representan  la herencia Samurai, en la figura de un  oficial de una unidad Tempenkai, un especie de SS a lo nipón, más o menos.

Como no, sable en mano, aunque esta vez le sirva de bastón de apoyo, como símbolo de su poder y tradición.

Y por último la última figura aun no comercializada, también de Artsoldiers. Esta vez el ejemplar que me enviaron venía directamente de la impresora, no es fruto de molde. La verdad es que es la primera figura que pinto así, y aunque cuando la vi me pareció algo raro que se vieran las típicas ondas marcadas por la impresora y el color algo traslucido del material de impresión, después de aplicar la capa imprimación ya parecía una figura como cualquier otra.

Este japo representaría el valor de un individuo a la carrera cargando a la bayoneta, esta vez sin el venerable sable, pero sin duda un ataque con arma blanca no deja de mostrar una inenarrable valentía. Para darle mayor teatralidad a la figura,  le añadí una pequeña bandera colgada del arma blanca, al estilo de como lucen en estos casos en numerosas ilustraciones. También le puse algo de ramaje pillado en los correajes de la mochila (no demasiado para no tapar detalles del equipo), pues además de ser habitual en los infantes japoneses este camuflaje, le da un aire como de “demonio salido de la misma jungla”.

Yo creo que el conjunto de las tres, como ya indicaba, representa muy bien la época, los valores y la temeridad y el carácter de estos hijos del Bushido. Pero faltaba una cosa: la hostil jungla del frente del Pacífico, que junto a los Banzáis forman parte ineludible del mito. La jungla es desagradable para combatir pero seductora imaginativa de pintar; tiene verdes muy coloridos y una variedad botánica abundante, y que no es difícil de encontrar en múltiples marcas de modelismo y figuras de fantasía. Piedras de rio pequeñas y tronquillos cogidos en el campo y algún otro material, acaban de rellenar las pequeñas viñetas, intentando ambientar la figura en los épicos e insulares lugares en los que tuvieron lugar estos combates.

Una de las tres figuras no está representada en la selva, y sí en la puerta de entrada de una casa de la ocupada  Shanghai de 1940. En realidad, es un portal auténtico, existente, que fotografié yo mismo en esta ciudad en el barrio conocido como “Concesión francesa”, en donde abundan esta especie de leones flanqueando los portales y residencia en la que los europeos otrora vivían antes de la llegada de Mao Tse Tung. Esa escena presenta una paradoja, consistente en la convivencia del incipiente marketing occidental conquistando Asia representado por el anuncio de  Coca-Cola, y la llamada Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental (Dai-tō-a Kyōeiken), una especia de “Lebensraum” o “espacio vital” nazi que los japos intentaron implantar en Asia Oriental. Existen algunas fotografías que muestran estos anuncios en las calles durante los combates por Shanghai, y no es difícil encontrar en Google carteles publicitarios utilizados por la todopoderosa multinacional de la bebida azucarada en la china de finales de los treinta, y así imprimirlos, retocarlos y colocarlos en la viñeta. Aquí tenéis una de las fotos más populares:

Y finalmente la pintura de las figuras. No me voy a extender sobre esto pues todos vosotros conocéis y sois diestros maestros en este pequeño arte. Todos domináis las técnicas de pintura: los óleos, los acrílicos, el aerógrafo… Unos utilizamos unas pinturas o instrumentos más que otros, en función de nuestra preferencia o efecto deseado. Unos usamos unas técnicas más que otras porque las dominamos mejor o peor.

En mi opinión, y una vez conocidas y practicadas las diferentes técnicas, uno debe de buscar su estilo de pintura, el que más le guste, en el que más cómodo se sienta,  el que mas  le agrade o le satisfaga, y todos los medios son buenos siempre y cuando el resultado nos resulte satisfactorio. Creo que aquí radica gran parte de la riqueza de este pequeño arte de la pintura de figuras. Se sigue hablando mucho de técnicas y muy poco de concepto. De esto último puede haber muchos, variados y todos ellos válidos,  al igual que en la historia del arte hay pintores con estilos y conceptos muy variados y todos aportan mucho valor añadido, sin parecerse mucho los  unos a los otros.

Aunque todos habéis visto y leído cosas, no quisiera destacar algunas fuentes históricas que me han gustado mucha sobre los japos. Aquí van algunas recomendaciones, eso sí, subjetivas:

– Pelis:

  • La peli Objetivo Birmania aludida. Aunque antigua se deja ver, y para mi. “Ahí empezó todo…”
  • Cartas de Iwo Jima
  • La delgada línea roja. Una peli algo rarita pero tiene algunas escenas bélicas  muy buenas
  • La serie The Pacific de HBO

– Y un libro:

  • Mi casco por almohada. Una especie de diario muy bueno sobre un Marine americano en el frente del Pacífico. Es Estados Unidos es muy conocido y en España cuesta encontrarlo pero existe.

José Antonio Fernández Mayoralas