La “otra” toma de Belascoaín (y III)

Hace ahora un año estábamos preparando una pequeña excursión alabardera a tierras pamplonicas con el fin de visitar el Museo del Carlismo de Estella y hacer una visita a nuestro querido compañero Waldo Osés.

Después de la visita al museo y una frugal comida… nos dimos un pequeño homenaje en forma de cena en una sociedad gastronómica a la que nos invitó Javier otro de nuestros amigos navarros.

Y diréis ¿qué tiene que ver esto con Diego de León? Pues mucho, por que durante la cena tuvimos ocasión de ver por primera vez esta fabulosa viñeta modelada por Waldo y entre chuletones, pimientos y demás viandas aderezados con buen vino y mejores postres, los compañeros Roberto, Paco y el que suscribe secuestramos todo el material que vino a Madrid con la intención de ser pintado de la mejor de las maneras posibles.

El carlista herido y el cañón para Roberto, el carlista que sale corriendo para Paco, el caballo para Humberto y Diego de León y la cureña del cañon para David. Este fue el reparto que hicimos y tan contentos nos fuimos para casa con la idea de pintarla a escondidas para que Waldo no supiese nada y poder entregársela a la primera oportunidad como una sorpresa.

Para la figura de Diego de León tuve la inestimable colaboración de otro compañero de Asociación, Miguel Angel que me suministró “algo” de información (biográfica además de uniformológica) sobre este personaje que me dejó con la boca abierta; con dicha documentación y con el modelado de Waldo iba a ser muy fácil pintar la figura.

Roberto y Paco fueron los primeros en pintar sus figuras;  Humberto iba con un poco de retraso y yo la tenía bastante avanzada para mediados de mayo. En julio nos veríamos la caras con Waldo en el concurso de Milagros (que nervios…).

Al final todos cumplimos con las fechas previstas y dos semanas antes del concurso milagrero juntamos las piezas del puzzle y pegamos cada figura en su posición, el resultado os lo podeis imaginar, una verdadera gozada de viñeta que ha resultado muy fácil de pintar por el buen trabajo de Waldo y por la ilusión que nos hacía ver la cara que pondría al verla.

Ya en Milagros, le llevamos a un apartado y para su sorpresa sacamos la viñeta de la caja: ¡¡¡vaya cara !!!!;   parecía un niño pequeño el día de Reyes je je je je…. La verdad es que fue bastante emocionante y todas las horas empleadas tanto por Waldo en el modelado, como por nosotros en la pintura, se vieron recompensadas en apenas un segundo.

Para todos nosotros ha sido un verdadero placer poder pintar esta pequeña joya que ahora descansa en la vitrina de Waldo y además, sabemos que disfrutando a tope de ella.

Otra buena muestra del trabajo en equipo alabardero, seguro que en el futuro volveremos a más trabajos de este tipo.

Los cuatro pintores (que no tenores) queremos agradecer el incomparable trato que recibimos en Pamplona por parte de Waldo, Rafa y los Javieres;  la verdad es que nos sentimos abrumados por las atenciones que recibimos.

Muchas gracias a todos  !!!!.

David Hernanz