La Guerra de África – I. Los antecedentes

Introducción histórica: Juan José Torres
Pintura de la figura: Txema Ojer
Figuras conmemorativas Asociación Alabarda

Un incidente provocado por las cábilas de Anyera, cuyos territorios eran limítrofes con la ciudad de Ceuta, al destruir las obras de fortificación del puesto avanzado de Santa Clara y destrozar el escudo de España que en él existía, fue la causa formal de la declaración de Guerra de España al Reino de Marruecos. Realmente fue la culminación de una serie de ataques de las tribus cabileñas a las posesiones españolas en el norte de África.

España exige unas fuertes reparaciones para un sultán que poco puede hacer por controlar a las tribus anyeríes, concretamente exige la ejecución de los causantes del daño y el reconocimiento del derecho español a levantar cuantas fortificaciones considere necesarias en el campo de Ceuta. La muerte del sultán en plenas negociaciones no hace más que dificultar las negociaciones. Le sucede su hermano, Mohamed IV, que no hace más que dilatar las conversaciones ante la irritación española.

El gobierno español sopesa las ventajas e inconvenientes de una decidida acción en Marruecos, aunque para ello necesita el beneplácito de las potencias europeas, en particular Francia e Inglaterra. La primera domina Argelia y trata de expandirse hacia Marruecos la segunda tiene una gran presencia en Tánger y con Gibraltar controla la entrada al Mediterráneo. Ambas permiten la acción de castigo española siempre y cuando no suponga una conquista territorial permanente de España ni amenace sus propios intereses.

Son varios los beneficios que vislumbra O’Donnell, el cierre de filas alrededor del gobierno ante un enemigo exterior, recuperar prestigio ante las grandes naciones que consideraban a España una potencia de segunda categoría y pacificar el entorno de sus posesiones norteafricanas.

El Gobierno lleva al Congreso la declaración de guerra que es aprobada por unanimidad el 22 de octubre. La respuesta de la sociedad española es clamorosa y entusiasta en todos los estamentos de la sociedad. Desde todas las regiones de España se presentaban voluntarios para incorporarse al ejército expedicionario. Las Juntas Generales de las tres provincias del País Vasco ofrecieron levantar cuatro tercios con una fuerza total de 3000 hombres y en Cataluña, encauzando el apoyo popular, se creó una fuerza de voluntarios catalanes en apoyo del ejército expedicionario.

La prensa fue también unánime en su entusiasta apoyo a la causa, destacando periodistas y fotógrafos con la idea de emular lo acontecido en la reciente guerra de Crimea.

O’Donnell que, además de Presidente de Gobierno, era Ministro de la Guerra se puso al frente del ejército expedicionario compuesto inicialmente de 163 jefes, 1599 oficiales, 33.328 soldados, 2947 equinos y 74 cañones. Este contingente se dividió en tres cuerpos, el primero al mando del Mariscal de campo Rafael Echagüe, el segundo con el general Juan Zabala al mando y el tercero comandado por el general Antonio Ros de Olano. Había además una división de reserva cuyo mando estaba previsto que ejerciera el general José Orozco, pero que al final se entregó a Juan Prim y Prats. Al mando de la división de caballería se colocó al general Félix Alcalá Galiano.

Al frente de la flota naval que apoyaría las operaciones estaba al almirante Segundo Díaz Herrero. Los puertos de salida hacia África fueron los de Algeciras y en menor medida el de Málaga.

Los objetivos iniciales eran Tetuán y Tánger las dos grandes ciudades del norte de Marruecos más cercanas a Ceuta.

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Reglamento para la Infantería

Tropa
  • Morrión-Ros. De castor blanco oscuro, imperial, visera, correas y barboquejo, de cuero negro, escudo pequeño y bombeta para el esprit o plumero, de metal amarillo.
  • Esprit o pompón, De estambre encarnado.
  • Levita. De paño azul turquí asolapada con dos hileras de siete botones grandes convexos de metal amarillo, y en el centro de ellos el número del regimiento; vivos y cuello de grana, sujeto este por un corchete; el número del regimiento de metal amarillo puesto a cada lado del cuello, y de grana con tres ojales horizontales de galón amarillo el interior de las solapas, que abiertas hasta el tercer botón y caídas sobre el pecho, forman el traje de gala.
  • Poncho. De paño pardo con esclavina corta del mismo color y cuello de grana abrochado por su parte inferior por un corchete, quedando abierta la superior y redondeados su picos.
  • Pantalón. De paño azul celeste oscuro con bolsillos de siete centímetros de largo a los costados.
  • Polaina. De paño pardo, para marcha y tiempo de lluvias o nieves puesta por encima del pantalón.
  • Borceguí. De cuero negro.
  • Hombreras. De paño grana viveadas de paño azul turquí las compañías de granaderos, de paño azul viveadas de grana las de fusileros, y de paño verde viveadas de grana las de cazadores.
  • Guantes. De algodón blanco.
  • Mochila. De piel de ternera con correas estrechas de cuero negro.
  • Cartuchera. De cuero negro con tapa de lo mismo, pero mas grueso.
  • Pistonera. De cuero negro.
  • Cinturón. De cuero negro con hebilla; sirve esta prenda para ceñir á la cintura el poncho y la levita, para colocar la cartuchera, la bayoneta y la pistonera, pudiendo correr por todo él estas y la cartuchera para quitarlas en actos que no son del servicio con armas, y colocarlas donde le sea mas cómodo al soldado para hacer fuego.
  • Morral del pan. De lona blanca con dos tirantes de lo mismo.
  • Bota para vino. De piel con funda de lienzo azul oscuro.
Batallones de Cazadores

Las prendas que constituyen el vestuario y equipo de la tropa de estos Cuerpos son iguales en número, hechura y forma, á las que se han designado para los regimientos de Infantería de línea, con sola la diferencia de que en las de los Cazadores es de paño color grancé el pantalón, el cuello y el interior de las solapas de la levita y los vivos, y de estambre color verde el plumero y los alamares de que está adornado el interior de las solapas de la levita, y las sardinetas de las bocamangas.

Jefes y Oficiales de todos los Cuerpos del arma

Morrión-Ros, levita, poncho y pantalón, iguales a los que usan las clases de tropa de los Cuerpos y compañías en que sirven, con la sola diferencia, de que en los Jefes y Oficiales es de galón de oro del llamado de panecillo, los adornos que en la tropa son de galón de estambre amarillo ó de estambre verde.

  • Cinturón del sable. De charol negro con tirantes de lo mismo para diario, y para gala de charol negro con filetes de hilillo de oro, y tirantes de cordón, de seda verde con mezcla de hilillo de oro para los cazadores y de seda carmesí con la misma mezcla para los demás.
  • Polainas. De charol negro para marchas, maniobras y días de lluvia o nieve.

Los Jefes y Oficiales de los batallones de Cazadores, usan la pistola revolver colocada en el cinturón del sable, dentro de una funda de cuero negro.

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Soldado de Infantería, 1860

por Txema Ojer

Modelado de la figura por Antonio Zapatero en 54 mm. 

Esclavina

  • Base: Orange leather SC.
  • Luces: Piel clara SCS
  • Sombras: Cuero marrón SC. y Violeta oscuro SCS
  • Tonos: Casandora Yelow Citadel Shade. y Violeta oscuro SCS

Carnes

  • Base: Carne Rosada SCS
  • Luces: Carne dorada y Carne Clara SCS.
  • Sombras: Piel Tostada y Carmesí SCS.
  • Tonos: Violeta y naranja

Rojos

  • Base: Rojo primario y purpura SCS.
  • Luces: Ocre Rojo y Naranja SCS.
  • Sombras: Violeta oscuro y negro SCS.
  • Calzas: Negro y Marrón Corcho Vallejo.

Códigos de color: SC: Scale Color. SCS: Scale Color Smooth

Esta figura corresponde a la primera de la Serie «Guerra de África»: 

Juan José Torres / Txema Ojer