La Gesta de los Zapadores (Mayo 1808)

Tambor de Zapadores

Tras los sucesos de mayo en las calles y plazas de Madrid y ante la amenaza de que el Ejército napoleónico se fuera apoderando paulatinamente de armas, herramientas y hombres para ser integrados dentro de su Ejército, de forma voluntaria el Regimiento de Zapadores al completo, decide salir el 24 de Mayo de Alcala de Henares (dónde estaba acantonado desde su creación en 1802) y dirigirse a alguna localidad segura y alejada por el momento del ímpetu del invasor.

Con ellos se llevaron, herramientas, armas y los caudales del Regimiento.

El 7 de Junio llegaron a Valencia dónde fueron aclamados por la población, conocedora ya de su hazaña

Desde que tuve la oportunidad en octubre de 2011 de ver en directo este esplendido cuadro de Ferrer Dalmau me llamó la atención de manera muy especial. Es un lienzo de gran tamaño que transmite muchas cosas, independientemente de la decidida y heroica acción que le da nombre. Esos pequeños detalles del día en que se desarrolló la acción, redondean de forma magistral el conjunto. Detalles como la leve bruma del amanecer  tras una noche de lluvia, el suelo embarrado y la elegante y equilibrada composición de todas las figuras nos transporta de forma directa a ese día concreto

Pero además el rojo de las casacas de los tambores de la primera fila atrae la atención de cualquiera que vea el cuadro por primera vez. Es un contraste llamativo y agradable dentro de la uniformidad azul turquí de los uniformes empleados por los ingenieros/zapadores.

Fue en ese momento cuando surgió la idea de intentar plasmar a uno de estos tambores.

La figura está modelada en masilla Epofer en una escala de 54 mm, utilizando dicha masilla para toda la figura y sus complementos, excepto para la caja del tambor que emplee Plasticard.

Desde aquí quiero agradecer especialmente a quien se ha encargado de su pintura: Samuel Pérez. Aún a pesar de que no es su época preferida, desde que le comenté que había empezado con ella, no dudo un solo momento en ofrecerse a pintarla. El resultado que ha conseguido es simplemente magnifico, plasmando con total fidelidad todos los pequeños detalles de la uniformidad y resolviendo con su habitual maestría el suelo embarrado con sus charcos, tal y como aparecen en el cuadro.

Desde aquí mi más sincera gratitud por su magnífico y conseguido trabajo.

Y por ultimo agradecer también a Ferrer Dalmau el que a través de este cuadro se recuerde la acción de unos hombres que desde el primer momento cumplieron su promesa de defender su Bandera y su Patria. Muchos de ellos murieron en los años siguientes, pero su acción junto con la de muchos otros consiguió que a  diferencia de otras potencias europeas que rápidamente se doblegaron, España se mantuviera firme contra el afán sanguinario del invasor francés.

Antonio Meseguer