La derrota de Braddock en Monongahela – Parte 1: Historia

El 9 de julio de 1755, tropas británicas bajo el mando del general Edward Braddock sufrieron uno de los mayores desastres de la historia militar…

 Durante  el segundo año de la guerra franco-india los británicos,  decididos a expulsar a los franceses del oeste de Pensilvania, enviaron  una fuerza de 2.000 soldados regulares y milicia colonial al mando del general Edward Braddock para capturar Fort Duquesne, ubicado en la confluencia de los ríos Allegheny y Monongahela, en lo que hoy es el centro de Pittsburgh.

Maqueta de Fort Duquesne

La expedición salió de Fort Cumberland, Maryland el 29 de mayo de 1755. El trayecto fue un gran reto de logística ya que debían mover un gran cuerpo militar con su equipo, provisiones y cañones a través de las boscosas montañas Allegheny, al oeste de Pennsylvania. El recorrido era de aproximadamente 180 km. Braddock recibió ayuda de Benjamin Franklin, quien le procuró carros y alimentos. Entre los conductores de los carros iban dos personajes que más tarde se convertirían en grandes héroes de la historia americana: Daniel Boone y Daniel Morgan. Entre los expedicionarios se encuentra un joven George Washington, de veintitrés años, que conoce bien la región y sirve como asistente voluntario al general Braddock.

Uniformes de tropas británicas 1755
Réplicas de cañones, armones y carromatos que formaban parte de la columna de Braddock

Braddock también trató, sin éxito, de reclutar a tribus indias no aliadas con los franceses. Pudiendo finalmente solo reunir a ocho indios Mingoes que sirvieron como exploradores. Un gran número de nativos de la región, como el líder de Delaware Shingas, permanecen neutrales, ya que atrapados entre dos beligerantes imperios europeos, no pueden permitirse el lujo de terminar en el bando perdedor.

Nativos indios

En Fort Duquesne, la guarnición francesa consistía en 216 soldados regulares, 146 hombres de la milicia canadiense y 637 guerreros indios acampados fuera del fuerte. Los nativos pertenecían a distintas tribus  ottawas, ojibwas y potawatomis.

Nativos indios

El comandante francés, Liénard de Beaujeu, tras recibir informes de los indios de que los ingleses se dirigían hacia su fuerte. Sabiendo que Fort Duquesne no podría aguantar los disparos de los cañones de Braddock Beaujeu decidió preparar una emboscada contra la expedición británica cuando estuviese atravesando el río Monongahela. Los aliados indios, en un principio no estaban de acuerdo en atacar a un grupo enemigo tan grande, pero Beaujeu, quien entraba a la batalla con pinturas de guerra al modo nativo, consiguió convencerlos.

Milicia fanco-canadiense

Después de una ardua y lenta marcha y la construcción de una carretera por el norte de Virginia y el este de Maryland, Braddock decide dividir la expedición en una columna volante de 1300 hombres y una columna de transporte con el resto de las tropas.

Ruta seguida por  Braddock  hasta las cercanias de Fort Duquesne
Tropas británicas en marcha hacia Fort Duquesne
 Estado actual del camino construido durante la marcha

El 9 de julio, Braddock y su columna volante, dejan a tras al transporte y cruzan el río Monongahela en dirección al fuerte Duquesne, que quedaba a unos 16 kilómetros río abajo.  Pasan junto a las ruinas de  Fort Neccesity (donde los franceses habían derrotado a Washington el verano anterior) y son acosados por pequeños grupos de franceses y nativos,  pero sólo se trata de pequeñas escaramuzas.

Exploradores nativos contemplan a los británicos cruzar el Monongahela

La unidad de avanzadilla del coronel Thomas Gage, empezó a avanzar y se encontró de frente con los franceses e indios, quienes se estaban apresurando hacia el río para preparar la emboscada. En el encarnizado combate que sucedió después entre los hombres de Gage y los franceses murió el general de Beaujeu, aunque esto no supuso en principio ninguna influencia en la moral francesa, ya que siguieron avanzando. Pese a haberse podido defender en un principio, la avanzadilla de Gage tuvo que retroceder. En la huida chocaron contra el cuerpo principal de la expedición, que se había adelantado rápidamente al oír los primeros disparos. Esto llevó a un gran desorden y caos en la columna, lo que aprovecharon franceses e indios para rodearlos y atacarlos desde los árboles que rodeaban al camino. Una vez ya los habían rodeado, los franceses empezaron a avanzar e hicieron retroceder a los ingleses.  La suerte de la batalla estaba echada…

El General Braddock cruzando el rio Monongahela

Los oficiales británicos intentaron reorganizar y formar en orden cerrado a la columna dentro del camino. Sin embargo esto fue una tarea casi imposible y una decisión fatal ya que facilitó blancos de tiro a los franceses y naticos que les acribillaban desde los barrancos del espeso bosque a ambos lados del camino. Los ingleses intentaron usar los cañones pero, estando en el bosque, fueron ineficaces. La milicia colonial británica no consiguió ni huir ni devolver el ataque; además, algunos de los ingleses que luchaban desde el bosque fueron confundidos con franceses y se les atacó, causando numerosas bajas en sus filas.

Distintas interpretaciones más o menos acertadas de la batalla de Monongahela:

Después de tres horas de intenso combate, Braddock fue abatido de un disparo. George Washington, pese a no tener ningún puesto oficial en la cadena de mando, consiguió imponer y mantener el orden en las filas en la retaguardia, lo que facilitó la retirada. Esto le hizo ganar el sobrenombre de «Héroe de Monongahela» reportándole gran fama.

Al atardecer, los británicos huían en desbandada presa del pánico y terror por la misma carretera que habían construido. Durante la larga huida Braddock murió a causa de las heridas recibidas. El 13 de julio fue enterrado en los restos de Fort Necessity. Plano de la batalla

 Los británicos habían sufrido una humillante y terrible derrota: De los 1.300 hombres de la columna volante, murieron unos 500 soldados, entre ellos el propio Braddock, y más de 450 resultaron heridos. Los oficiales fueron los principales blancos ya que sufrieron un 73% de bajas (86 de 63 fueron muertos o heridos). De las cerca de 50 mujeres que acompañaron a la columna, como cantineras, cocineras o enfermeras, sólo cuatro sobrevivieron.

Las bajas del bando francés, fueron insignificantes. Entre los 250 regulares franceses y 146 milicianos canadienses, sólo se contaron 8 muertos (uno de ellos el capitán Beaujeau) y 4 heridos y sus aliados indios contaron con 15 muertos y 12 heridos.

El coronel Dunbar, al mando de la columna de transporte, tomó el control de la expedición al unírsele las tropas en retirada. Ordenó destruir los cañones y víveres antes de abandonar la posición. Los británicos huyeron, pero en ningún momento dejaron de ser bastante superiores en número a los franceses, que no se atrevieron a perseguirlos. Aunque ellos dijeron que aguantaron varias horas de combate antes de huir, se cree que realmente empezaron la retirada casi en el mismo momento de empezar los primeros disparos, pero duró varias horas debido al desorden.

 Nativos victoriosos con su  botín tras la batalla.
 Braddock, mortalmente herido es trasladado en carreta, junto al resto de la columna en retirada
 Entierro del general Braddock

Gracias a la victoria en la batalla de Monongahela, los franceses se aseguraron el control temporal del territorio del Ohio y mantuvieron durante un par de años más el control del conflicto en una guerra feroz. Los nativos que habían resuelto mantenerse neutrales en el conflicto se vieron forzados a unirse al bando francés ya que, si no tenían el respaldo de un ejército corrían el peligro de ser atacados. Por otro lado, los colonos de Pennsylvania y Virginia se vieron, sin la protección de gran parte de los soldados profesionales muertos en Monongahela, por lo que tuvieron que organizarse para defenderse. . Esta brutal guerra en la frontera continuó hasta que los franceses abandonaron Fort Duquesne después de la exitosa expedición del general John Forbes en 1758.

El debate sobre cómo Braddock, con soldados profesionales, superiores en número y mejor armados, pudo fallar tan miserablemente comenzó poco después de la batalla y todavía hoy persiste. Algunos culparon a Braddock, a sus mandos y, a sus tropas regulares británicas y de la milicia colonial.

Una corriente sostiene que Braddock aplicó erróneamente métodos europeos de guerra que no eran apropiados en el contexto de la guerra en la frontera ya que Las tácticas de de los nativos aplicadas en su propio terreno, eran mucho más útiles que las europeas siendo esto decisivo en los primeros compases de la guerra.

Una interpretación menos común, pero favorecida por historiadores militares, es que la eficacia de un intenso fuego sostenido a la manera de las batallas en Europa era incomparable cuando se ejecutaba correctamente y que la superioridad de las tácticas nativas de la frontera es un mito americano. Según los defensores de esta teoría, Braddock no fracasó porque no se había aplicado el método de la lucha contra la frontera, sino porque no había aplicado correctamente la doctrina militar tradicional, sobre todo la de un profundo reconocimiento del terreno hostil.

Una consecuencia notable de la derrota de Braddock fue su efecto sobre la reputación de George Washington. Washington, a pesar de su mal estado de salud antes de la batalla, se distinguió por su calma y coraje bajo el fuego del enemigo y salió del desastre como el héroe militar de Virginia.

Por otro lado la derrota probablemente influyó en el Consejo Legislativo de Nueva Escocia al aprobar éste la infame decisión del gobernador Charles Lawrence de deportar a los acadianos de esas tierras.  Posteriormente muchos de estos colonos franco canadienses expulsados, se asentaron en lo que luego sería el estado de Luisiana donde  posteriormente  fueron llamados y conocidos como  cajunes.

Deportación de los Acadianos de Nueva Escotia

Hasta la próxima.

Ángel Aparicio