Infantería Confederada

Entre diciembre de 1860 y febrero de 1861 siete estados se separan del Gobierno de Estados Unidos: Carolina del Sur, Mississippi, Florida, Alabama, Georgia, Luisiana y Texas.

En el mes de marzo del año 1861 se crea el Ejército de los Estados Confederados de América. Entre abril y junio se unen cuatro estados más a la secesión: Virginia, Arkansas, Carolina del Norte y Tennessee.

Cerca de un millón y medio de hombres luchan con el sur, intervienen en multitud de batallas ganando muchas de ellas. La falta de centralización, carencia de suministros, escasa financiación y mala logística les llevan a la derrota en 1865.

El mando está a cargo de Jefferson Davis, presidente de la confederación. Varios ejércitos en múltiples teatros de operaciones intentando alcanzar un objetivo común no es la mejor forma de ganar una guerra. Los principales ejércitos son el de Virginia del Norte, el de Mississippi y el de Tennessee, también hay ejércitos más pequeños, en diferentes periodos, en Missouri, Kentucky, Potomac, Shenandoah y otros.

Por fin, en enero de 1865, se asigna la tarea de comandar a todos los ejércitos a Robert E. Lee, pero ya es un poco tarde, en unos meses, el agotado sur es derrotado completamente.

Uniformes

Al comienzo de la guerra los Estados del sur se encontraron con el grave problema de tener que uniformar a sus soldados. No era cuestión seguir usando los mismos uniformes pues había que reconocer a quien disparar y no es muy práctico el ir preguntando a los grupos de soldados con los que se encontraran a que ejército pertenecían para descerrajarles un tiro o clavarle la bayoneta si es que resultaban del enemigo, o tomarse una copa y compartir rancho frente al fuego si resultan ser unos amigos.

Los confederados, pues, decidieron uniformar a sus ejércitos de gris, lo que permitió por fin diferenciarse en batalla y matarse con la tranquilidad de que, aunque sea compatriota, vecino o incluso familia, es lo que tiene una guerra civil, al que le pegas un tiro es del enemigo, por tanto, malo y con ideas equivocadas, lo mejor es borrarlo de la faz de la Tierra.

En el sur no había fábricas textiles, a pesar de tener la materia prima y los esclavos para recolectar el algodón. Los ya mencionados problemas de suministro y el buen bloqueo naval que ejercieron los de la Unión hicieron que el pringadillo soldado confederado rara vez podía disponer del uniforme reglamentario estándar.

El color gris no fue elegido por su mejor capacidad de camuflaje que el azul. La razón de su incorporación como color oficial del Sur era mucho más prosaica, era un tinte barato, cuando no hay mucha pasta hay que ahorrar hasta el último dólar, y la confederación anda escasa de parné.

Según avanzaba la guerra, el soldado de a pie, nunca mejor dicho, algunos llegaron a perder las botas, desechas por el uso tuvieron que ir descalzos o con calzado de fabricación propia. Como decía, según transcurren los años los ejércitos confederados muestran una amplia gama de prendas de diferentes tonos de grises o una mezcolanza de ropa civil y alguna pieza del uniforme. Como dijo un soldado federal: “Una tropa variopinta, pero luchaban como demonios”

Lo comentado anteriormente es atribuible al soldado común, al voluntario, al granjero, al individuo con pocos recursos, aquel tiene que ser vestido por el Estado que lo recluta y que va a dormir al raso, comer el rancho y morir en primera línea por la confederación, lo dicho, el pringado.

Sin embargo, los oficiales, ¡ah, que oficiales! a pesar de ir de gris, se hacían confeccionar sus uniformes e iban hechos un pincel. Con sus bonitas y elaboradas prendas de vestir encandilan, en los bailes de las mansiones sureñas, a las ricas damitas herederas de los ricachones poseedores de plantaciones. O simplemente por vanidad y coquetería masculina llevando el uniforme más llamativo posible; un caso similar en el ejército del Norte es George A. Custer.

La hechura de los uniformes de muchos oficiales confederados es de alta costura: variedad de casacas, chalecos, tres cuartos, chaquetas largas y cortas con botones dorados o plateados, levitas de doble botonadura, abrigos, … Todo ello jalonado con vueltas, entorchados y alamares en cuellos y bocamangas aderezado con galones dorados con enrevesados y complicados nudos húngaros.

El rebelde común se cubría con el quepis o el sombrero cotidiano de granjero o algún que otro sombrero civil, pero el elegante oficial usaba sombreros de calidad ¡y que variedad sombreros! Casi tantos sombreros diferentes como oficiales. Encontramos el Hardee (de fieltro negro con alas que se podían recoger con un broche metálico), el Slouch, (flexible de ala ancha), de ala corta, de copa alta, y de copa baja, de colores negros, grises o marrones todos ellos adornados con cordones dorados o chapas de latón o plumas de aves exóticas.

Armamento

El armamento utilizado por el soldado confederado estaba compuesto por armas capturadas al enemigo, de fabricación nacional e importadas, aunque sufrieron escasez de armas de todo tipo.

  • Espadas

Desde 1840 las espadas siguieron los modelos franceses. Las tropas del sur utilizaron sables de oficial fabricados, entre otros, por Boyle, Gamble &McFee de Richmond. Como no realizaban una gran producción se vieron forzados a utilizar las capturadas a la Unión y las que importaban del extranjero.

  • Cuchillos

Mondadientes Arkansas (Arkansas toothpick), arma blanca tipo daga, pesada con una hoja larga de 20 a 40 centímetros, la hoja es un tanto angosta y tiene doble filo terminando en una punta muy aguda y el mango, relativamente pequeño respecto a la hoja, puede ser de hueso, asta o madera

Cuchillo Bowie, de defensa y de caza. Diseñado por James Bowie es un cuchillo carnicero rústico de grandes proporciones, hoja ancha (3,5-5,5 cm) de más de 25 cm de longitud, con empuñadura no cilíndrica de madera. Empleados por los hombres de la confederación llegó a ser habitual que los soldados grabaran consignas como “Soleado Sur”, “Muerte al yanqui”….

  • Pistolas

Revolver Le Mat, diseñado por Jean Alexandre Le Mat, con tambor de nueve recámaras que gira sobre un segundo cañón. Se carga por la boca.

Revolver modelo Colt 1860: Diseñado por Samuel Colt y fabricado desde 1860. Fue una de las armas de infantería más comunes de la Guerra Civil. El Colt era el revólver muy fiable gracias a su gran cadencia de fuego por su tambor giratorio con cinco o seis balas. 

  • Rifles/mosquetes y carabinas

Al inicio del conflicto las armas que se utilizaron estaban obsoletas, fundamentalmente mosquetes de ánima lisa de varias procedencias. Un observador describió al ejército confederado de Virginia llevando: “Un batiburrillo de equipamiento para un ejército andrajoso”. Según avanza el conflicto se va dotando a los ejércitos con mejor armamento.

Fúsil/mosquete Springfield modelo 1855 y 1861: Fue el arma más utilizada al principio del conflicto. Los que tenía el Sur fueron capturados al ejército de la Unión. Tenía una longitud de 1,4 metros y una masa de unos 4 kg. Era un arma de avancarga. La carga por la boca era un proceso complicado pero un soldado con buen entrenamiento podía realizar hasta tres disparos en un minuto. Muy efectivo y letal a unos 270 metros y un alcance máximo de hasta 500-550 metros.

Rifle Richmond: Versión confederada del Springfield.

Mosquete Enfield: Modelo 1853 importado del Reino Unido. Era un arma del ejército británico, de cañón estriado y avancarga, efectivo a más de 800 metros y con una cadencia de tiro de hasta cuatro disparos por minuto.

La secuencia de carga del mosquete era la siguiente:

  1. Colocar el fusil verticalmente.
  2. Sacar el cartucho de la cartuchera.
  3. Morder el cartucho.
  4. Verter la pólvora en el cañón seguida de la bala, lubricada con cera de abeja y sebo, y el taco de papel.
  5. Sacar la baqueta.
  6. Empujar la bala con la baqueta.
  7. Volver a colocar la baqueta en su lugar.
  8. Colocar el pistón en la chimenea del arma.
  9. Apoyar la culata en el hombro.
  10. Montar percutor.
  11. Apuntar.
  12. Disparar.

Rifle Withworth: De este modelo de avancarga fabricado por Sir Joseph Whitworth, se utilizaron pocos ejemplares pues era mucho más caro que el enfield. Con cañón y balas hexagonales era preciso casi a 1,5 kilómetros.

Carabina Tarpley: Patentada por Jeremiah Tarpley en julio de 1863 en Richmond. Era un arma confederada de retrocarga con cargador de trampolín comparable al rifle Sharps utilizado por la Unión. No se construyeron muchas unidades.

Las Figuras

Son figuras planas de metal a escala 30mm pertenecientes al catálogo de Berlinner Zinnfigurencon el nombre de “Confederate Infantry at march attack”, referencia 282/5 y un peso total de 92 gramos. Son trece piezas grabado por los dos lados. Tres de ellas a caballo: General Pickett, oficial y abanderado. Diez a pie: Oficial, trompeta, tambor y siete soldados.

Cuando las compré me recordaron, por sus posturas, a un cuadro de Don Troiani, “Battle of Cedar Mountain”, aunque yo había comprado al general George E. Pickett y Don Troiani representaba al general Thomas J. “Muro de Piedra” Jackson.

Decidí pintarlas por los dos lados y colocarlas sobre un rectángulo de mármol verde con una distribución similar a la del cuadro.

El 3 de julio de 1863 George Pickett a la cabeza de 15000 hombres, sin pensar en su propia seguridad, lidera a sus hombres en la famosa carga que lleva su nombre y en la que pierde más de la mitad de sus efectivos en un asalto masivo sobre el centro del ejército federal en Cemetery Ridge. Cinco brigadas confederadas avanzan, poco a poco, por un campo abierto y expuesto, este hecho les hará entrar para siempre en las páginas de la historia.

15:10 Un kilómetro y medio separa a los hombres de Pickett de las líneas de la Unión. Los hombres a paso firme, sin correr, inician la marcha bajo el fuego artillero. A los 16 minutos, ya con muchas bajas, Pickett se detiene en las ruinas de un granero para alinear a sus hombres y continuar el avance.

15:30 Armistead, Kemper y Garnett avanzan con sus brigadas bajo el intenso fuego de la artillería nordista. Si se quedan quietos van a ser abatidos como patos en una caseta de feria, continúan el avance. Los oficiales van a pie, pero Kemper, enfermo, y Garnett que había sido coceado por una mula encabezan la carga a caballo.

Kemper arenga a sus hombres “allí están los cañones muchachos, id a por ellos”. Es un blanco fácil sobre su caballo y recibe un disparo, sus hombres al ver como cae su líder redoblan su ataque lanzando el terrible grito rebelde y cayendo sobre las tropas unionistas, en lo que será denominado Bloody angle, abriendo una brecha en la línea federal.

La carga se ha desorganizado, hay brechas causadas por la artillería nordista y los hombres no están alineados, algunos se adelantan y otros se han retrasado. Garnett trata de reordenar las filas, marchando con su montura adelante y atrás del frente, al poco desaparece y lo único que ver sus tropas es a su caballo ensangrentado cuando vuelve. 

15:35 Los cañones de la Unión descerrajan metralla a bocajarro sobre la masa gris que les viene encima.

Armistead, desde el principio de la carga con su sombrero negro clavado en la punta de su espada, consigue llegar a los cañones, pero recibe un tiro mortal en el pecho y cae. Los azules, bayoneta calada, arremeten contra los sudistas. Comienza el combate cuerpo a cuerpo en las posiciones nordistas. Si los confederados quieren la victoria necesitan otra oleada de atacantes, pero al Sur no le quedaban efectivos.

15:50 Pickett comienza la retirada y es atacado por su flanco derecho por regimientos nordistas desde un bosque cercano. Los sudistas se ven obligados a replegarse y volver a sus posiciones atravesando nuevamente el campo abierto.

Cuando Lee se dirige a Pickett para ordenarle que reúna su división para frenar un posible contraataque, este último replica: “General, yo no tengo ninguna división”.

Ante el desastroso resultado, el general Lee renuncia a continuar cruza el Potomac y regresa a Virginia. Lee es muy criticado por esa decisión y asume toda la responsabilidad por la derrota. Cabalga entre sus soldados y les dice “no os desaniméis, en esta ocasión, ha sido culpa mía”

Lee dijo a Pickett: “Los hombres y oficiales a sus órdenes han dejado escrito el nombre de Virginia a una altura donde nunca antes había sido escrito”.

La Unión sabe que el ejército confederado aún es muy fuerte y puede revolverse como un animal herido. Meade decide permanecer a la defensiva.

Nota: Os recomiendo la lectura de la revista Desperta Ferro Historia moderna nº20 “La batalla de Gettysburg, 1863” y ver las películas, “Gettysburg” de Ronald F. Maxwell de 1993 y su precuela del 2003 del mismo director, “Dioses y Generales”.

Alejandro Labourdette