Hoja de Campaña. División Azul, 1941

Un país lejano, otra cultura, comida muy diferente, un clima distinto y muy poco amable, inviernos muy duros de temperaturas extremas y otro idioma con un alfabeto de símbolos extraños, la necesidad de prensa propia se hace necesaria desde el primer momento, es un pequeño vínculo con la remota España.

La nostalgia por la Patria hace que, el 4 de noviembre de 1941, se publique el primer número de la “Hoja de Campaña”. Nace como una humilde hoja, dos páginas, tirada a multicopista; pronto evoluciona para convertirse en una publicación semanal. En febrero del 42 pasa a editarse en imprenta y aumenta su tamaño, cuatro páginas, dos hojas y, en sus últimos números, alcanza las seis e incluso las ocho páginas.

La Hoja de Campaña es un instrumento muy útil para mantener la moral de la Tropa tan alejada de los suyos y se convierte en uno de los mejores periódicos, por calidad y regularidad, editados por una unidad militar.

Se publican 106 números, empieza con una reducida tirada y llega a alcanzar, la nada despreciable cifra, de casi los 20.000 ejemplares distribuidos, principalmente, entre los divisionarios, pero también se lee en España.

En la División Azul se alistan como voluntarios un gran número de universitarios que, gracias a sus colaboraciones, hacen de esta Hoja de Campaña una publicación de calidad. También hay contribuciones de algún incipiente caricaturista, dibujante gráfico, periodista, abogado, poeta, dramaturgo, … que, posteriormente, ya de vuelta en la Patria, llega a destacar profesionalmente en el campo profesional elegido.

Como es lógico, los temas militares son los que se tratan, prioritariamente, en la Hoja de Campaña: valores castrenses, mapas con maniobras, movimientos de tropas, grandes batallas, victorias –alemanas o japonesas-, héroes y condecoraciones, exaltación de los lideres propios con trascripción de sus discursos y ridiculización de los lideres enemigos incluso mediante caricaturas grotescas.

La publicación va ganando en calidad donde, además de los mencionados temas militares, comunicados de guerra y propaganda política, empiezan a aparecer artículos de difusión, secciones culturales, orientaciones y recomendaciones religiosas y para vida en las trincheras, crucigramas, ocio, cultura, deporte, … En fin, todo aquello que pueda resultar interesante para los soldados. Asimismo, incluye avisos y comunicados entre soldados o de familiares y amigos.

Entre los intereses de los voluntarios ocupa un lugar importante el deporte, destacando la Liga de Futbol: resultados de partidos e informaciones sobre jugadores y clubes; en esta época, un deporte muy seguido es el boxeo: las peleas y los púgiles son muy conocidos mueven masas y se presta mucha atención a los resultados de los combates; el ciclismo también es muy popular y también despierta entusiasmo.

La información sobre el mundo de los toros, corridas y toreros es de gran interés, así como una sección denominada “Cante jondo” sobre Flamenco. Es curiosa la presencia de una sección denominada “Chicas Guapas” en la que aparece una foto de buen tamaño, en ocasiones dedicada a los soldados voluntarios.

Las tiras cómicas ponen la nota de humor en la publicación, pequeñas historietas de tres o cuatro viñetas: “Del uno al otro confín, el cabo Serafín” o “Gracias y desgracias del voluntario Rosquilla”, son dos personajes que se hacen populares.

La División, gracias a las donaciones recibidas desde España, llega a contar con una de las mejores bibliotecas circulantes de un Ejército en campaña, miles de libros, folletos, fotografías, mapas, grabados, … La Hoja de Campaña es el instrumento de comunicación entre soldados de los contenidos de la biblioteca, en ella se publican relaciones de libros, catálogos, listados de donaciones, préstamos, normas de utilización, …

La Biblioteca de la División Azul llega a ser un modelo cultural poco visto en los ejércitos de la Segunda Guerra Mundial. Aunque, evidentemente, por las características de la División, existe la censura, algunos libros no figuraban en el catálogo, pero la Biblioteca Circulante no es únicamente política, como en otros ejércitos tendentes más al adoctrinamiento.

Tal como se manifiesta en una Hoja de Campaña el objetivo de la biblioteca es que los descansos y permisos de los divisionarios se pueda:

«remozar el alma de los camaradas, contribuyendo poderosamente a ejercitar su inteligencia y a no consentir que el cerebro permanezca inactivo».

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La Viñeta:

En la viñeta podemos ver las figuras números 2 y 3 de la Serie de la División Azul modeladas por Antonio Meseguer.

Figura nº2: Divisionario en uniforme de campaña 1942
Figura nº 3: Oficial con poncho de camuflaje 1942

Las figuras visten el uniforme estándar de la Wehrmacht, con la tonalidad feldgrau

Cuando llegaban al Campamento de Instrucción de Grafenwöhr, cerca de Bayreuth en Baviera, se les suministraba dicho uniforme. Los divisionarios españoles lucían dos escudos con la bandera española y la leyenda ESPAÑA, en la manga derecha y en el lado derecho del casco.

En la figura del divisionario se aprecia la camisa Azul (de la que recibió el ápodo la División), entre los divisionarios españoles es costumbre sacar el cuello de la camisa azul por encima del cuello de la “feldbluse, la guerrera feldgrau. Los dos personajes lucen el típico bigotito tan de moda en esa época.

La figura 2 también lleva el casco “stahlhelm”, marmita, cantimplora, pala-bayoneta, mascara de gas “gasmaske” y bolsa de pan “brotbeutel”. Asimismo, el divisionario luce en su pecho la Medalla al Mérito Militar Individual.

La figura 3 porta el casco “stahlhelm”, mascara gas, pistola, poncho de camuflaje “zeltbahn” y la Hoja de Campaña

El armamento también es el propio del ejército alemán. Del hombro del oficial cuelga un subfusil MP-40, mientras que el divisionario apoya los brazos en un fusil máuser Kar 98k.

Las ruinas del edificio son de la marca Fontegris. En el exterior hay un buzón, en el que aparece la palabra “correos” en ruso y en lo que correspondería a la parte del interior, además de algo de escombros, alguna viga y una botella, he colocado en la pared un par de carteles; el primero de toros en Chinchón (un pequeño homenaje a mi madre nacida en dicho pueblo), y el segundo hace referencia a un partido de futbol entre una Selección de Escuadra Alemana y el FC Cádiz que se jugó el 30 de abril de 1939 y que ganó el Cádiz por 5-1 en el campo Mirandilla.

Alejandro Labourdette