Guardia Móvil 1870

En 1870 el ejército francés gozaba de gran prestigio y presentaba un aspecto externo impresionante. Eran vencedores en el norte de África, en Italia y en Crimea, pero realmente sus reservas eran muy limitadas y su organización pésima. Francia disponía de un ejército muy inferior a la tremenda máquina militar alemana.

En la antigua Ley militar (1818) los reclutas eran elegidos por sorteo y exigía un servicio en filas de siete años. Se permitía la venta a un sustituto, con lo que los ciudadanos de clase media y alta pagaban a otro para que hiciera el servicio en su lugar, como consecuencia el ejército se formó con las clases más bajas.

Los oficiales podían proceder de las filas después de varios años de servicio. Esto hizo que el cuerpo de oficiales estuviera mayoritariamente formado por hombres mayores, con muchos años en las filas y que habían empezado como simple tropa. Muy buenos para una compañía pero malos para la plana mayor.

En 1868 una nueva Ley militar pretendía renovar el ejército, se redujo a cinco años el servicio militar obligatorio, pero se mantuvo la posibilidad de la sustitución. Asimismo, se promovió una Guardia Nacional Móvil en la que tenían que servir todos los hombres que se hubieran librado del sorteo. En la realidad solo tuvieron dos semanas anuales de instrucción y durmiendo en casa, con esta preparación cuando hicieron falta no sirvieron de mucho.

Cuando estalló la guerra, en 1870, en el ejército regular había entre 200 y 300.000 hombres y de la guardia móvil sólo unas pocas unidades, muy precario ejército para enfrentarse al disciplinado y preparado militar prusiano.

Por suerte, los soldados franceses disponían del fúsil Chassepot, un arma de retrocarga con mayor alcance (menos expulsión de gases), mejor precisión (menor calibre) y un cerrojo mejorado que permitía mayor cadencia de tiro.  A pesar de ello, la guerra contra Prusia supuso el fin del segundo Imperio y la caída de Napoleón III.

Alejandro Labourdette Díaz