Fallschirmjäger. Ardennes 1944
Nunca antes había acometido la pintura de un camuflaje en el uniforme de alguna figura, pero como apasionado de la Segunda Guerra Mundial y del material y uniformes alemanes, sabía que algún día tendría que hacerlo, y ese día llego examinando una figura de una de mis marcas preferidas, Jeff Shiu Miniatures.
Se trataba de un Fallschirmjäger que luchó en la última ofensiva importante del Tercer Reich que lanzaron en las Ardenas en 1944 en escala 120mm.
Voy a contaros como pinte este mono de vuelo por si alguna vez os sirve de ayuda.
Como no sabía cómo empezar, eché mano de un libro de Osprey de Jaume Ortiz donde explicaba cómo realizar camuflajes alemanes. Aun así no me quedaba la cosa del todo clara y recurrí a mi amigo y excelente pintor Roberto Ramírez que me marcó unas pautas a realizar, que luego fueron importantísimas para la realización del trabajo. Desde aquí solo puedo agredecerle su ayuda.
Con esta ayuda y una fotografía de un mono de vuelo en camuflaje Splinter B que encontré en Internet, que era el que quería realizar, ya que este tipo era el usado por la Luftwaffe, empecé con la pintura.
Primero apliqué el color base a aerógrafo con una mezcla de Arena Iraquí + Marrón Cubierta + Marrón Chocolate y le di unas luces y sombras generales para que la figura cogiese volumen. A partir de aquí empezaba lo bueno, reproducir los dibujos del camo. Con una mezcla de Marrón Caoba + Marrón Chocolate y la pintura diluida empecé a dibujarlos. Es muy importante adecuar la escala de los dibujos a la escala de la figura para que quede lo más real posible. Cuando ya solo veía Splinter por todos lados y todo el mundo iba vestido con el camo, le tocaba el turno a las manchitas verdes que las pinté con una mezcla de Gris Oliva + Verde Azul + Marrón Cubierta.
Cuando todo este proceso estuvo terminado, había que integrar las manchas del camuflaje en la base del chaquetón para que todo fuese uno y no diese sensación de artificial, para ello utilice un lavado de Marrón Chocolate aplicado con un pincel plano.
Al terminar de realizar este proceso el resultado todavía no me convencía demasiado y decidí tirarme a la piscina, cogí el aerógrafo y con un poco de Marrón Oliva diluido y a baja presión fui dando pasadas por toda la casaca, el resultado me estaba gustando y entonces repetí pasadas por alguna zona para crear sensación de suciedad incrustada que estas prendas suelen coger cuando están en el frente, pero como todo modelista que se precie, necesitaba la aprobación de otros modelistas para convencerme del resultado. Gracias a las palabras de mis amigos de Alabarda y por sus ánimos, me di por satisfecho y con ánimos para seguir con la figura.
Ahora viene un paso importante, el sombreado. Con Marrón Oliva hay que sombrear todo el mono de vuelo como si fuera un solo color, sin importarnos las manchas de camuflaje, si os fijáis en las prendas de camuflaje reales las zonas de sombras es un todo. Todo lo contrario a la iluminación, la cual si hay que realizar mancha por mancha, lo cual hice añadiendo Marrón Cubierta a las mezclas que tenia guardadas de las manchas.
El siguiente paso sería pintar las rayitas a forma de lluvia que lleva este camuflaje. Con una mezcla de Marrón Oliva + Verde Negro muy diluido, un pincel fino y paciencia realice estas líneas, no muy marcadas para que se integrasen en el camo . Hay que ser firmes en el trazo y no dudar para que queden rectas y no se curven y es importante no olvidar que no todo el camuflaje lleva estas líneas, digamos que tienen su propio esquema.
Así, después de un proceso largo, que parece que no se avanza, que es pesado en ocasiones, termine la pintura del mono de vuelo con un resultado que me gusto bastante y que mejoro muchísimo al ir completando las demás partes de la figura como los correajes, elementos del cinturón, pantalón, etc. Que hacen que coja contraste.
Para ambientar la figura a la historia que quería contar, la coloque en un terreno embarrado, típico de la Batalla de las Ardenas y coloque un par de latas de gasolina intentando representar el problema que tuvieron los alemanes en esa ofensiva por la falta de combustible.
Desde aquí animo a todos los amantes de las figuras de la Segunda Guerra Mundial o actuales que no tengan miedo a enfrentarse a la pintura de un camuflaje, que aunque da respeto, luego no es para tanto, de hecho, al escribir estas líneas, estoy terminando otro camuflaje en un busto, ya que al final el resultado es muy atractivo y llamativo y le dan un toque muy bonito a la vitrina.