Comandante de la Guardia Civil en uniforme de gala 1945

Al finalizar en 1939 la Guerra Civil y aún a pesar de lo que se pudiese pensar, el cuerpo de la Guardia Civil se encontraba en una situación compleja en cuanto a su existencia. No eran pocos dentro del nuevo Gobierno los que pedían una disolución del cuerpo alegando su tibio respaldo a las fuerzas nacionales en 1936 y su sustitución por un nuevo cuerpo  formado por militares y falangistas de probada solvencia.

En ese momento, en Franco pesaron estos argumentos (apoyados por Serrano Suñer),  pero también los argumentos en contra de esa decisión y que apoyaban generales como Varela, Muñoz Grandes, Alonso Vega y Vigón.  Estos le hicieron ver lo peligroso que podría ser dejar el orden público en manos de unas milicias o un ejército desgastado por la guerra.

Sea como fuese, al final Franco se inclinó por la opción de mantener el cuerpo de la Guardia Civil.

Así en 1939 fue nombrado Inspector General del Cuerpo, el general del Ejército Eliseo Alvarez-Arenas y en 1940 se aprobó la Ley que reorganizaba el Cuerpo de la Guardia Civil. En ella lo más significativo fue la absorción del cuerpo de Carabineros por el instituto armado. Y al menos durante tres años en el emblema de la Guardia Civil convivieron las siglas de ambos cuerpos.  No hubo cambios orgánicos de importancia hasta 1941 en el que se aprobó la supresión definitiva del cuerpo de Carabineros y por tanto asumirse estas funciones por parte de la Guardia Civil y por ello la necesidad de crear cinco clases de componentes del cuerpo: Fronteras, Costas, Rurales, Veteranos y Móviles. También como consecuencia el número de Guardias Civiles aumentó hasta la cifra de 60.000 efectivos necesarios para poder desarrollar todas las tareas encomendadas.

Nombrado el general Camilo Alonso Vega como nuevo Inspector del Cuerpo en 1943 se produjo una reestructuración orgánica, dado que había superposición de competencias dentro de las mismas provincias. Con ello se consiguió crear un nuevo dispositivo mediante la agrupación de comandancias y disolución de otras sin alterar las plantillas.

La Guardia Civil comenzaba tras este periodo convulso de cambios una nueva andadura bajo el carácter (que para lo bueno y lo malo) marcó Alonso Vega y que supuso hacer frente como en el momento de su fundación al problema de un nuevo bandolerismo (esta vez teñido de ideología política) que fue el maquis.

Respecto a la uniformidad de este periodo hay que decir que en 1940 a la Guardia Civil se le dio un nuevo reglamento de uniformidad para cambiar los uniformes que salvo las referentes a las divisas no había cambiado desde principios del siglo XX.

Este reglamento de uniformidad tuvo poca vida,  y en él además de convivir el emblema de Carabineros con el de la Guardia Civil se introdujeron una serie de colores en la punta del cuello de la guerrera para indicar en qué unidad (Costas, Fronteras, Rurales, Moviles y Veteranos) se encuadraba. Además desapareció el tricornio, el cual sólo fue empleado por los Rurales y en ocasiones muy concretas.

Fue definitivamente en 1943 cuando se desarrolló un nuevo reglamento de uniformidad para todo el Ejército y en el que se incluyó también a la Guardia Civil.

Este reglamento de uniformidad de inspiración claramente germana supuso para el Cuerpo el cambio en el color del uniforme a una tonalidad gris verdosa, con más predominio de este último color. Se introdujo un nuevo emblema del cuerpo, abandonando las iniciales GC que habían venido usando casi desde su fundación.

Se mantuvo el color amarillo naranja para el correaje de cuero para gala de los guardias, apareciendo otros detalles como el nuevo emblema del Ejército: el águila de San Juan, que la Guardia Civil usaría en hebillas y hombreras.

El tricornio apareció de nuevo casi para todo uso y en el caso del modelo de gala desapareció la galonería plateada por otra de color amarillo dorado que sigue usándose hoy en día.

Para los oficiales, al igual que sus homólogos del Ejército se estableció como obligatorio el uso del pantalón de montar con bota alta y espuelas, así como el uso de la nueva modificación de la espada-sable Puerto Seguro con el emblema del Ejército en la cazoleta.

Para los oficiales, que debían costear de su salario sus prendas, este nuevo uniforme supuso un desembolso bastante considerable, aún más si tenemos en cuenta la situación de penuria en que se encontraba el país.

Autor: José María Bueno

Esta figura por tanto, representa a un comandante de la Guardia Civil con el uniforme establecido para los oficiales en el reglamento de uniformidad de 1943.

Este caso además es un veterano de la Guerra Civil y sus condecoraciones son en su mayoría por esta contienda y son las más comunes de ver en retratos de esa época.

La figura como es habitual está modelada en 54 mm usando masilla ·Epofer bicomponente y en mi manera habitual, que es partir de  un maniquí con alambre de cobre y formar la anatomía y después ir vistiendo de forma lógica, es decir, primero los pantalones con las botas para luego hacer la guerrera encima de estos y así sucesivamente. Dejando para el final los brazos y otros detalles que pudiera llevar en las manos.

Agradecer de nuevo a la Asociación Alabarda y en su nombre, a su presidente Paco Ruiz por la posibilidad de hacer estas figuras que forman parte de nuestra historia y que con estos pequeños detalles conseguimos que se mantenga viva.

 Antonio Meseguer