Capitán Alfredo Kindelan Duany (1/2)

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Ya hace unos cuantos años, en la década de los ochenta, a comienzos del frenético ritmo que impone la movida madrileña,  aparece en los quioscos de prensa una revista de modelismo que incluye entre sus páginas una presentación especialmente atractiva, además de los múltiples  briconsejos de modelismo,  el contexto histórico de las maquetas y dioramas que muestra en su interior. Esta revista marcó mi forma de entender esta afición con dos conceptos para mi inseparables  “Modelismo e Historia”; desde entonces he procurado documentarme con toda y cada una de las obras que he construido o pintado. Esta es sin duda alguna, la principal característica que diferencia al modelismo histórico y que de algún modo nos obliga a investigar el contexto de cada una de estas piezas.

La obra que presento a continuación contiene estas dos características, mucho modelismo y mucha historia, todo un reto para intentar representar a escala a uno de los pioneros de la aviación española a los mandos del “dirigible España”.

Composición bibliografía consultada

El capitán Alfredo Kindelan Duany, nació en Santiago de Cuba el día 13 de marzo de 1879. Su vida discurre paralela a los desarrollos de la aerostación y el nacimiento de la aviación. Fue además protagonista del inicio de la guerra aérea, participando en dos conflictos como aviador. Con tan solo catorce años ingresó en la Academia de Ingenieros de Guadalajara y tras su primer destino como teniente en una unidad de minadores-zapadores pasó a prestar servicio en la recién creada compañía de aerostación donde conoce al entonces comandante Vives, que será su maestro. En el año 1900 realiza su primera ascensión en globo cautivo y siete años después en la copa “Gordon Bennet”- un concurso de globos en Valencia- , será arrastrado por una tormenta que le llevará al mediterráneo, permaneciendo cerca de veinte horas en el agua. Este suceso que se hará eco en todos los noticiarios de la época, le convierte en un intrépido héroe popular,  concediéndole el rey Alfonso XIII el título de ayudante honorario.

En el año 1911 se convierte en el primer piloto de la Aviación militar Española, realizando 43 vuelos en el aeroplano Henry Farman. Ese mismo año es nombrado jefe del aeródromo de Cuatro Vientos y dos años después Jefe de Aviación del Servicio Aeronáutico Militar asumiendo el mando de la primera escuadrilla que participa en la Guerra de Marruecos. Entre los años de 1921 y 1925 crea la Escuela de Combate y Bombardeo en Los Alcazares, es nombrado Jefe de las Fuerzas Aéreas de África interviniendo también el desembarco de Alhucemas.

Hasta la llegada de la II República será impulsor de las grandes gestas de la Aviación española, creará la Jefatura Superior de Aeronáutica con unas características e identidad propia lo que supone la independencia del Ejército de Tierra y de algún modo el nacimiento del Ejército del Aire.

Este texto recoge simplemente su biografía en su etapa como pionero de la aerostación española destacando su protagonismo en los vuelos del dirigible “España” ingenio en el que está ambientada la obra.

Kindelan con el Coronel Vives y Herrera en el Dirigible “España”

En 1896, el recientemente creado Servicio de Aerostación Militar, queda adscrito al Cuerpo de Ingenieros con la misión de ensayar las nuevas técnicas. Una comisión encabezada por el Coronel Vives y el Capitán Kindelán, realiza en 1909 una gira europea para seleccionar un modelo de dirigible para la aerostación española. El modelo elegido pertenece a la casa francesa “ASTRA” y es bautizado con el significativo nombre de “España”. El 9 de mayo se recepciona oficialmente albergándose en un hangar de Guadalajara, desde donde efectuará numerosos vuelos a Madrid,  allí despierta la curiosidad y admiración de los madrileños. El 7 de febrero de 1913, el Rey Alfonso XIII, efectúa un vuelo de 20 minutos de duración recorriendo en su trayecto distintos puntos de la Comunidad madrileña como Alcorcón, Leganés, Carabanchel y Campamento. Poco tiempo después el dirigible es retirado del servicio activo por los inconvenientes técnicos que surgieron y por haber cumplido las horas de vuelo reglamentario. Realizó un total de 23 vuelos y estuvo 32 horas y 36 minutos en el aire.

Una vez creado el Servicio de Aeronáutica (R.O. de 28 de febrero de 1913), la rama de Aerostación será relegada por la aviación.

La uniformidad para el servicio de dirigibles regulada en (R.O. de 28 de diciembre de 1910) especifica en su artículo nº 14: “Los oficiales se sobrepondrán un traje de cuero, compuesto de chaquetón y calzones”. No obstante combinarán en muchos casos prendas de su arma o cuerpo de origen lo que dará lugar a una multitud de variantes dependiendo de las circunstancias climatológicas o de las preferencias del piloto.

Para construir la cartilla de vuelo que porta la figura en la mano, tengo que confesar que por casualidad comentando el proyecto con un buen amigo me informó que él tenía entre sus libros una reproducción facsímil de las “Instrucciones para la Aerostación militar del Coronel Vives”. Fue tan sencillo como escanear e imprimir a la escala correspondiente.

Bibliografía y otras fuentes

  • La aerostación militar en España. Ministerio de Defensa
  • Nuestros pioneros . Ministerio de Defensa
  • Uniformidad de la aeronáutica española. Ministerio de Defensa
  • La aerostación española en la época de Vives (Ricardo Fdez. de la Torre) IHCA. Ministerio de Defensa
  • Diversos números de la revista Eurofiguras.
  • A golpes de sable (Gabriel Cardona) Ed. Ariel
  • Revista Ares nº 10.
  • Estudio histórico del cuerpo de ingenieros del ejército. Tomo II (Ed. Inspección de Ingenieros).
  • Museo del Ejército del Aire.

 Miguel Ángel Pérez