Cabo de la guardia civil

Uniforme de Servicio hacia 1950

Tras la supresión definitiva del cuerpo de Carabineros que durante unos años tras el fin de la Guerra Civil se integró dentro de la Guardia Civil y asumir ésta sus funciones de vigilancia aduanera y costas, se produjo dentro del Instituto armado una serie de cambios y transformaciones internas para asumir con éxito dichas competencias y un despliegue territorial más racional, con ello se consiguió la implantación en todo el territorio nacional y que fuera del entorno urbano de las grandes ciudades ser el cuerpo policial más importante y efectivo del momento.

En esos años de dura postguerra la imagen de la pareja de la Guardia Civil patrullando las carreteras a pie o en bicicleta se convirtió en un icono inseparable de la memoria colectiva nacional y que aún hoy perdura en generaciones posteriores que no vivieron directamente aquellos años.

Aún a pesar de esta bucólica estampa, la Guardia Civil durante estos años posteriores a la Segunda Guerra Mundial tuvo que hacer frente a una grave amenaza del orden social, el maquis. Que si bien en  cuanto a su funcionamiento seguía la estela del bandolerismo del siglo anterior, esta vez se teñía de ideología, lo cual suponía carta blanca para el asesinato, el pillaje y demás tropelías.

La Guardia Civil siempre estuvo en primera línea combatiendo al maquis en aquellas pocas zonas de la geografía nacional que por las especiales características del terreno fueron elegidas por estos para sus actividades. La lucha fue dura, no siempre constante por estas partidas que entraban y salían del territorio nacional en función de sus necesidades. Aún así los éxitos para la fuerza del orden fueron muchos y consiguieron que a principios de los años 50 sólo quedaran aislados personajes que sin ningún apoyo popular ni cobertura internacional terminaran en la cárcel o saliendo de España definitivamente.

Tampoco hay que olvidar, que hacia finales de los años 50 y con el cada vez más importante auge del comercio y con ello el tráfico en la carretera, la Guardia Civil conseguía el que también fuese la encargada de la vigilancia y control en toda la red de carreteras de España, consiguiendo así una imparable mecanización en sus medios habituales de transporte y que con el tiempo también cambiaron la forma de patrullar que hasta ese momento desarrollaba la Benemérita.

Tricornio, capa y mosquetón en caminos polvorientos, embarrados, nevados, con frio, calor o lluvia aquellos hombres de un espíritu y una constancia de hierro supieron cumplir hasta el último aliento con el deber que el Manual de la Guardia Civil de 1943 recogía en su Instrucción Primera: “La misión especial de la Guardia Civil es: velar por las personas y propiedades, por el cumplimiento exacto de las Leyes y por la rigurosa observancia de los Bandos y disposiciones de carácter general; evitar el fraude, impedir, perseguir y aprehender el contrabando, evitar el tráfico y tenencia clandestina de armas, descubrir y detener a toda clase de malhechores y perturbadores de la paz pública y finalmente, prestar cuantos auxilios se encuentren a su alcance en caso de incendios, inundaciones, epidemias y otra calamidad pública”.

El uniforme usado durante estos años se recogió ampliamente en el Reglamento de Uniformidad para el Ejército y la Guardia Civil aprobado en el año 1943 y supuso un cambio hacia un uniforme más práctico y versátil para el uso en despoblado y climas diversos.

Para la tropa, se establecía para el uso a diario, una guerrera tipo sahariana con botones de madera y sin ningún adorno ni aditamento que los rombos en rojo con el nuevo emblema de la Guardia Civil aprobado en dicho reglamento en las solapas del cuello. Los correajes serían de cuero color negro, así como las botas y las polainas cortas usados con ellas.

Sin duda alguna la prenda más característica y popular en esta uniformidad sería la capa, que si bien acompañaba el equipo del Guardia Civil casi desde su fundación, fue cambiando de color en función del cambio del mismo en el uniforme. Hasta el año 1943 todavía se usaba la capa azul tina que se reguló hacia mediados/finales del siglo XIX.

En el reglamento de 1943 cambiaba al mismo tono de color que el resto del uniforme, pero su diseño venía a ser el mismo que se empleaba con anterioridad.

La figura, como es habitual está modelada usando masilla epoxidica Epofer y a una escala de 54 mm y es otra más de la Serie dedicada a este Cuerpo.

Agradecer una vez más a mis compañeros de Alabarda por las versiones pintadas de esta figura.

  • Pintura de la figura por Juan Francisco Estévez Piriz

 Antonio Meseguer